La batalla para quitar todo tipo de estigmas inició desde la misma familia.
El esfuerzo de María del Rosario Espinoza tuvo frutos después de años de intenso trabajo: conquistó tres medallas olímpicas que le permiten ser una de las mejores atletas en la historia del deporte mexicano. Aunque no fue sencillo para la taekwondoín trascender en la disciplina. La batalla para quitar todo tipo de estigmas inició desde la misma familia, ya que los hermanos de su padre estaban en contra de que estuviera en un tatami al considerar que no era un deporte de mujeres.
“De pequeña yo no lo viví directamente, fue más bien mi papá que se enfrentaba al tema con sus hermanos que le decían que por qué invertía tiempo y dinero en un deporte que era para hombres siendo que yo era niña”, confesó.