Se estima que los países de la UE pagan a Rusia cerca de 600 millones de euros diarios por las importaciones de gas.
Berlín,- El canciller alemán, Olaf Scholz admitió este lunes que Alemania no puede romper "de la noche a la mañana" los vínculos con Rusia en materia de energía pese a que se está trabajando incansablemente para lograr alternativas.
"Nuestro país trabaja con sus socios dentro y fuera de la UE para desarrollar alternativas a las fuentes de energía rusas. Pero eso no se consigue de la noche a la mañana. Por ello es una decisión consciente mantener las relaciones de las empresas en materia energética", dijo Scholz.
"Actualmente no hay otra forma de garantizar el suministro de energía de Europa para la generación de calor, la movilidad, el suministro eléctrico y la industria. Por tanto, es de fundamental importancia para los servicios de interés general y la vida cotidiana de nuestros ciudadanos", dijo en una declaración transmitida por la Cancillería.
El canciller alemán agrega: "todos nuestros pasos están diseñados de tal manera que golpean duro a Rusia y son sostenibles a largo plazo. Europa eximió deliberadamente de las sanciones a los suministros energéticos de Rusia".
Según cifras de la Oficina Federal de Estadística un 55 por ciento del gas que se consume en Alemania es importado de Rusia.
En el comunicado Scholz empieza señalando que Alemania celebra todos los esfuerzos internacionales y la reacción con fuertes sanciones al ataque ruso a Ucrania.
"Las sanciones contra instituciones financieras, el banco central y más de 500 personas son claras. Lo mismo ocurre con las limitaciones a la exportación de bienes importantes", señaló.
Scholz dijo que todas las medidas están pensadas para que afecten más a Rusia que a Alemania y a la UE y que, de momento, el suministro energético no puede estar asegurado de otro modo que con las importaciones desde Rusia.
"Por ello se excluyó de las sanciones de manera consciente al sector energético", insistió.
El banco más grande de Rusia, el Sberbank, y el tercero, el Gazprombank, no están entre los bancos que han sido excluidos del sistema SWIFT con lo que Alemania y otros países pueden seguir pagando las importaciones de gas.
Se estima que los países de la UE pagan a Rusia cerca de 600 millones de euros diarios por las importaciones de gas. El principal importador es Alemania.
Parte del gas procedente de Rusia viene a través de gasoductos que atraviesan Ucrania y Polonia y parte a través del controvertido Nord Stream I va a través del Báltico.
Un segundo gasoducto a través del Báltico, Nord Stream II, está terminado pero la licencia para su funcionamiento ha sido congelada por Alemania como reacción a la guerra de Ucrania.