Todos los seres humanos estamos sujetos a las tentaciones como las que sufrió Jesús por el desierto.
Este 6 de marzo la Iglesia Católica celebró el primer domingo de Cuaresma. El Evangelio corresponde a la lectura de San Lucas que narra el momento en que Jesús es tentado en el desierto.
El padre Juan Carlos Garay, dijo en su homilía de 9 de la mañana en la parroquia Santiago Apóstol que, todos los seres humanos estamos sujetos a las tentaciones como las que sufrió Jesús por el desierto. La tentación no es buena ni mala, el detalle es que caigamos en cada una de esas tentaciones.
Y preguntó. ¿De qué manera puede vencer el cristiano la tentación mediante? Tener una relación constante con Dios nuestro señor y tener una actitud de diálogo. Nuestro ayuno, y es ahí donde refrendando nuestras propias pasiones elementales, las ofrecemos y reconocemos que somos de Dios y nos disciplinamos nosotros mismos.
Espíritu. Dijo que las personas deben doblegar su soberbia y orgullo. Siempre tenemos la tentación de sentirnos autosuficientes e independientes.
Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”.
Jesús le respondió: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”.
Respecto al Día de la Familia, el padre dijo que, es el núcleo de la sociedad y que todos los valores provienen de la familia por eso se le dice que es la iglesia doméstica.