Los vestidos de novia no tienen por qué ser convencionales. Aunque toda la vida hayamos visto el típico diseño romántico de las princesas de Disney, hoy la moda dicta otra cosa. Para empezar, el vestido de novia ni siquiera solía ser blanco. La reina Victoria de Inglaterra comenzó la tendencia que ha dominado las bodas por más 180 años al casarse, en 1840, con un diseño en tono crema.