Sin embargo no aporta pruebas que demuestren lo que dice.
Entre agosto de 2020 y julio de 2021, el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, compareció cuatro veces ante la Fiscalía General de la República (FGR). En esas comparecencias, repitió hasta en 15 ocasiones que en el sexenio de Enrique Peña Nieto se había sobornado a legisladores para aprobar la reforma energética, y que el dinero para ello provenía de la constructora Odebrecht. Dijo que todos sabían que el dinero era para eso: la empresa brasileña, los legisladores, el presidente, los secretarios y él mismo. Sin embargo, no ha podido probarlo hasta la fecha.
Al contrario, sus dichos chocan con la evidencia documentada por la FGR: el dinero que llegó a las cuentas proporcionadas por el propio Lozoya ahí sigue, o fue invertido para propiedades de él mismo u otros gastos; los tres testigos que ofreció para corroborar su versión rechazan saber de dónde venía el dinero; mientras que las declaraciones de los exfuncionarios de Odebrecht sostienen que los sobornos eran para contratos y que el beneficiario era el exdirector de Pemex.
Ratificar. Las únicas dos personas mencionadas por Lozoya en sus declaraciones, que supuestamente sabían que el dinero venía de Odebrecht y lo convirtieron en efectivo, no lo pueden ratificar ante la fiscalía porque están muertas. Animal Político tiene copia de las cuatro declaraciones completas que Lozoya rindió ante el Ministerio Público, así como de las comparecencias de los testigos que ofreció: tres declaraciones de Rafael Jesús Caraveo Opengo (exfuncionario del Senado), dos de Norberto Gallardo Vargas (escolta y chofer de Lozoya), una de Froylán Gracia Galicia y otra de Miguel Pérez Esquivel, ambos exfuncionarios de Pemex.
Los testimonios revelan que, de todos los que han declarado, Lozoya era el único que sabía que el dinero de Odebrecht era —supuestamente— para comprar votos en favor de la reforma energética. Froylán sabía que se estaba pagando a legisladores para agilizar la reforma, pero desconocía de dónde venían los recursos. El resto solo reconoce que participó en entregas de dinero, sin saber siquiera de dónde venía o que podría haber estado cometiendo un delito.