La sexta ola de la pandemia está remitiendo en la presión hospitalaria, que baja en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
Madrid.- España registró 601 muertes por COVID-19 desde el pasado viernes, casi el doble que las registradas el fin de semana anterior, aunque la pandemia sigue a la baja, y la incidencia cayó 217 puntos.
Según los datos aportados este lunes por el Ministerio de Sanidad, la incidencia acumulada se sitúa en 1,244 casos por cada 100,000 habitantes en 14 días, tras un fin de semana en el que se registraron 68,706 nuevos contagios.
El grupo con mayor incidencia es el de los menores de 11 años, donde la vacunación está más atrasada, ya que solo el 56 % de esa población tiene al menos una dosis, mientras que entre los mayores de esa edad, el 91 % tiene la pauta completa y un gran porcentaje ya tiene la dosis de refuerzo.
Todos los indicadores de la sexta ola de la coronavirus en España están bajando, aunque donde menos se ve esta tendencia es en los fallecidos, que suman 1,425 en la última semana, aunque la letalidad continúa en descenso.
Sí se nota que la sexta ola de la pandemia está remitiendo en la presión hospitalaria, que baja en las unidades de cuidados intensivos (uci) hasta una ocupación del 16.3 % con enfermos COVID, aunque aún está por encima del indicador de riesgo muy alto, que está en el 15 %.
Ante el descenso de la pandemia, las regiones españolas comienzan esta semana a relajar las restricciones, como en el País Vasco (norte), donde desde hoy termina la emergencia sanitaria, con lo que no hay limitación de aforos ni horarios, por ejemplo en la hostelería, muy popular en esta región de gran tradición gastronómica.
Otro caso es Andalucía (sur), donde desde mañana no exigirá el pasaporte COVID para entrar bares y restaurantes, ni en el ocio nocturno o para visitar hospitales y centros sociosanitarios, igual que las Islas Baleares (Mediterráneo).