Muchas veces hay que caerse para aprender a levantarse.
El fútbol americano siempre estuvo presente en la vida de Joe. Su padre Jim jugó y entrenó el deporte durante más de 40 años. Su tío jugó en Ole Miss y sus dos hermanos mayores jugaron en Nebraska. Su linaje atlético era evidente, y Burrow no fue la excepción.
Fue nombrado "Mr. Football" en el estado de Ohio, y a la postre terminó eligiendo a Ohio State como su universidad.
Pero una vez que llegó a los Buckeyes, la situación no fue como se la imaginaba.
Pausa. No jugó en el 2015, y luego fue reserva de J.T. Barrett durante dos temporadas. El problema es que cuando pensó que finalmente sería su turno al año siguiente, Urban Meyer estaba a punto de nombrar titular a Dwayne Haskins, por lo cual decidió transferirse a LSU.
Su espíritu fue puesto a prueba, pero siempre ha tenido una "confianza irracional".
Acto seguido, guió a los Tigers al campeonato en el 2019, y tuvo posiblemente la mejor temporada de la historia para un mariscal a nivel universitario.
Sus 65 touchdowns rompieron el record de Colt Brennan y sus 5671 yardas por aire lo colocaron en la cuarta posición histórica en una temporada. Aún más importante, es el hecho de que no fueron números vacíos, sino que guió a LSU a la gloria máxima.
Seleccionado. Esa increíble campaña le ganó convertirse en la primera selección general del draft.
Los Cincinnati Bengals lo hicieron su mariscal franquicia, pero más allá del enorme talento, la ecuación no era sencilla. Después de todo, los Bengals no ganaban un partido de playoffs hace 31 años, y hemos visto una y otra vez como un ambiente disfuncional mata la confianza y el talento de hasta el mariscal más talentoso tiende a desinflarse por completo.
El Inicio. Burrow mostró destellos de grandeza en su primera temporada, pero su línea ofensiva era un desastre dado que la franquicia se había "olvidado" de proteger a su joya más preciada. El resultado fueron numerosas capturas y una eventual rotura de ligamentos cruzados en su rodilla. El ambiente tóxico en los Bengals estaba ganando, pero se iba a negar a bajar los brazos.
De hecho, parecía muy difícil que pueda iniciar esta temporada, pero luego de una intensa rehabilitación, el joven mariscal estuvo detrás de centro en la primera jornada para los Bengals.
Adelante. Su línea ofensiva seguía siendo mala, pero Burrow se negaba a quejarse.
Fue capturado en 51 ocasiones en la temporada regular, pero eso no le impidió guiar a Cincinnati a su primer título divisional desde el 2015. Después de esa victoria ante los Chiefs que sentenció el título divisional, Joe se prendió un cigarro y se dispuso a bailar el "Get the Gat".