Indonesia fue duramente golpeado por la variante delta a mediados del pasado año.
Yakarta.- Las autoridades de Indonesia anunciaron la imposición de nuevas restricciones en Yakarta y en la isla de Bali debido al repunte de contagios de la COVID-19, apenas días después de que la paradisíaca isla se abriera al turismo internacional.
Luhut Pandjaitan, ministro encargado de supervisar el plan de acción frente a la pandemia, informó de que la capital, Yogyakarta, Bandung (las tres en la isla de Java) y la isla de Bali subirán al nivel 3 de restricciones (sobre un máximo de 4) durante la próxima semana, publica este martes el diario The Jakarta Post.
En Java y Bali residen el 60 por ciento de la población de Indonesia, con más de 270 millones de habitantes.
Según este nivel de alerta, los restaurantes, bares y centros comerciales deben operar como máximo al 60 por ciento de su capacidad; mientras, los centros de entretenimiento y parques infantiles deben reducirse al 35 por ciento y los templos al 50 por ciento.
Las medidas también incluyen un toque de queda desde la medianoche hasta las 4 de la mañana.“Francamente, no queremos que la gente se asuste ni la economía se vea afectada, quizás el problema no es tan grave. Estamos siguiendo la situación de cerca, si las cosas marchan bien, tal vez levantemos las restricciones a partir de la semana que viene”, añadió Luhut el lunes en una rueda de prensa virtual.
Los contagios se han duplicado en la última semana en Indonesia: según el ministerio de Sanidad, este lunes hubo 26,121 contagios en todo el país (casi la mitad de los cuales en Yakarta), mientras una semana antes hubo 10,185 (también la mitad en la capital, donde viven más de 10 millones de personas).
Las hospitalizaciones han aumentado en consonancia; si hace una semana había cerca de 7,600 camas destinadas a pacientes de la COVID-19 en Yakarta, de un total de 35,553 camas disponibles para todas las afecciones, este lunes ascendían a 10,147 los enfermos de coronavirus ingresados en centros capitalinos.
Pese al incremento, las autoridades insisten en que la situación está bajo control y el 60 por ciento de los casos de esta ola, vinculada a la variante ómicron, son moderados y leves.
Las restricciones y el repunte de infecciones suponen no obstante un revés para los planes de apertura de la turística Bali, que el pasado jueves recibió el primer vuelo internacional en dos años.
Indonesia fue duramente golpeado por la variante delta a mediados del pasado año, cuando se registraron un máximo de 50,000 infecciones diarias en todo el país.
El archipiélago, el país del Sudeste Asiático más castigado por la pandemia, acumula 4.5 millones de casos y más de 145,000 muertos, mientras ha vacunado a menos del 50 % de su población.