Jaki señaló que estas personas "han sido enviadas por el régimen de Lukashenko y por el KGB".
Bruselas,- La Defensora del Pueblo Adjunta de Polonia, Hanna Machinska, denunció este lunes en el Parlamento Europeo la "inhumanidad" que conllevan las devoluciones en caliente de migrantes en la frontera con Bielorrusia y lamentó que ahora la legislación polaca ampare esta práctica, aunque, según ella, vaya "contra la Constitución del país y la ley europea".
Durante su intervención en la comisión de Libertades Civiles, Justicia e Interior de la Cámara comunitaria, Machinska alertó a los eurodiputados de que los migrantes son "víctimas de un muy mal trato por parte de las autoridades polacas" cuando intentan acceder desde Bielorrusia, donde el pasado otoño se instalaron campamentos de personas que pretendían entrar en suelo de la Unión Europea.
El régimen bielorruso, dirigido por Aleksandr Lukashenko, les alentó a cruzar la frontera con Polonia con el objetivo de crear una crisis migratoria en los Veintisiete, aunque la Defensora del Pueblo polaca informó de que, desde que Bruselas aprobó sanciones contra el régimen, "la presión ha ido desapareciendo".
"Vimos que existe una falta total de información desde el bando bielorruso. Los migrantes creen que, una vez superen la frontera, tendrán acceso a protección internacional pero, desgraciadamente, lo que se encuentran son devoluciones en caliente", recalcó.
La Defensora del Pueblo Adjunta también pidió que se sacara a los niños y a las mujeres embarazadas de los centros de detención para migrantes en Polonia y aseguró que, en algunos de ellos, se han vivido "situaciones absolutamente dramáticas", como el caso, explicó, de una niña de 14 que se suicidó en estas dependencias.
En particular, destacó que uno de estos centros de reclusión se encuentra dentro de las instalaciones de un campo militar donde, según sus informaciones, han llegado a convivir hasta 24 personas en una misma habitación, con un espacio de 2 metros cuadrados por cabeza y estando, además, totalmente incomunicadas con el exterior.
"Son peores condiciones que en una prisión", aseveró Machinska, quien también recordó que, antes de llegar a estos sitios, los migrantes han pasado por viajes muy largos huyendo de sus países origen, la mayoría en Oriente Próximo, y han tenido que hacer frente a temperaturas gélidas mientras esperaban en la frontera.
Con todo, la Defensora del Pueblo Adjunta de Polonia pidió que, una vez en el país, estas personas "sean integradas activamente en la sociedad", aunque constató que, ahora mismo, la realidad es que hay "una falta de asistencia humanitaria y escasez de apoyo médico y psicológico".
"Aquí los activistas juegan un rol extremadamente importante. Sustituyen a las instituciones públicas, pero también sufren acoso por la labor que desempeñan y tienen el acceso limitado en según qué zonas", advirtió.
Por su parte, en el turno de preguntas, el eurodiputado conservador del partido Ley y Justicia Patryk Jaki, de la misma formación política que el Gobierno polaco actual, rebatió las denuncias de la Defensora del Pueblo Adjunta de su país y aseguró que las autoridades han prestado ayuda a los migrantes.
Además, también aseguró que la ley polaca contempla el estudio de las solicitudes de asilo, aunque manifestó que la mayoría de migrantes que han entrado desde Bielorrusia "no lo han pedido".
Con todo, Jaki señaló que estas personas "han sido enviadas por el régimen de Lukashenko y por el KGB", algo que, según él, "sí que va contra el derecho internacional".