Susana Zabaleta y Cecilia Suárez, del reparto original, consideran que Sexo, pudor y lágrimas II busca retratar los miedos y aspiraciones de los jóvenes actuales.
Hace 23 años, la película Sexo, pudor y lágrimas atrajo las miradas, tanto de quienes la amaron como de quienes se escandalizaron debido a los temas que abordaba, que iban desde la infidelidad, hasta la insatisfacción social y la frustración del desarrollo laboral.
El filme consiguió ser por algunos años uno de los productos mexicanos más taquilleros, por eso Susana Zabaleta y Cecilia Suárez, actrices de este largometraje de 1999 se preguntaron, ¿para qué hacer una segunda parte?
“Recuerdo que cuando me invitaron no estaba convencida, la primera vez había sido maravillosa y tocaba temas importantes para aquellos que estábamos en nuestros 30 en esa época. Lo veía como un producto completo, así que le dije a los productores: ¿Para qué?, ¿cuál es la necesidad?, dijo Zabaleta. Pero eso cambió cuando le dijeron de qué iba y los temas que abordaría. “Me di cuenta que las nuevas generaciones deberían tener una película como la que nosotros tuvimos en 1999. ¿De qué hablan ahora los jóvenes?, ¿cómo se relacionan?, ¿cuáles son sus miedos y sus sueños?”
23 años. Algo similar le sucedió a Cecilia Suárez, quien recordó que el cariño que le tiene a la película original le hacía difícil tomar la decisión de regresar a esta historia que, dijo, sin duda, marcó su carrera de manera positiva.
Cuando habló con Alonso (Íñiguez, el director), indicó Suárez, él tenía muy claro que no buscaba asemejar el éxito ni la popularidad de la primera, quería agarrar estos elementos para contar una historia actual, muchas cosas han cambiado en más de 20 años. “Digamos que somos quienes le damos la estafeta a una nueva generación y a su vez darle continuidad a nuestras historias, y ahí es cuando dos públicos se unen y pueden fluir en una misma película y eso creo que es la importancia de esta segunda parte”, comentó.
Recuerdos. Susana recordó que, si bien la primera entrega no es una película machista, a la distancia sí es una película de su época y muestra cómo, aún en ese año, las diferencias entre hombres y mujeres eran más evidentes y complejas, por lo que agradece que el director le haya dado un papel preponderante al género femenino ahora. “Carlos Íñiguez tiene una gran sensibilidad y no teme a sacar en esta película su lado femenino y a hacer que los personajes masculinos también se muestren más reales, con sentimientos, flaquezas, alejados totalmente de la imagen del macho que como sociedad tanto daño nos ha hecho”. Para Zabaleta, la película ahora se siente más homogénea entre hombres y mujeres, y considera que es mucho más femenina que masculina, lo cual no quiere decir que sea una película exclusiva para mujeres. “Somos quienes le damos la estafeta a una nueva generación y a su vez continuidad a nuestras historias, dos públicos se unen".