El diseñador y un equipo de trabajo de seis personas tuvieron que trabajar a marchas forzadas.
La ilusión de Donovan Carrillo de participar en unos Juegos Olímpicos tenía que ir de la mano con un espectacular traje que le ayudara a lucirse dentro de la pista de hielo. No fue fácil para el patinador mexicano encontrar a una persona que pudiera hacerle una indumentaria a la medida, de uso rudo, pero que fuera una obra de arte.
Gracias a que su entrenador, Gregorio Núñez, conoce a un amigo cercano del diseñador mexicano Édgar Lozano fue que este supo de la necesidad del joven y aceptó el reto. “Pasó algo chistoso, un amigo que tenemos en común que es muy cercano a mi conoce a Gregorio y le dijo que necesitaba un traje para los Juegos Olímpicos”.
“Me platicó un poco sobre el tema, tomamos el reto, nunca conocí a Donovan en persona, fue solo por teléfono y mensajes y así fue que decidimos hacerle el traje”, comentó Lozano.
El diseñador y un equipo de trabajo de seis personas tuvieron que trabajar a marchas forzadas; sólo tenían 10 días para entregar la pieza.
“Fue algo complicado, en parte por la calidad, el diseño y la exigencia. El traje está inspirado en la música que utilizará a la hora de la prueba, de ahí me basé en los colores, son aproximadamente 17 mil cristales en oro cromado los que se utilizaron, junto con estoperoles en forma de pico”.