Tonga sufrió el 15 de enero los efectos de una violenta erupción de un volcán submarino, catalogada como una de las más potentes en los registros, y que a su vez provocó un enorme tsunami.
Sídney (Australia).- Tonga entra esta noche en confinamiento tras detectar dos casos comunitarios de COVID-19 en plena recuperación por la erupción de un volcán y un tsunami a mediados de enero que arrasaron este país insular del Pacífico Sur.
La nación, conformada por 169 islas y unos 105,000 habitantes, permanecía libre de la COVID-19 y para continuar evitando el virus implementó un sistema "sin contacto" para recibir la ayuda humanitaria tras el desastre natural, que dejó tres fallecidos.
A pesar de los esfuerzos, las autoridades confirmaron dos contagios entre dos trabajadores portuarios vinculados a la distribución de la ayuda, los primeros desde que en octubre de 2021 Tonga detectó el único caso de COVID-19 desde la pandemia en un viajero procedente del exterior.
A raíz de estos dos nuevos contagios, el primer ministro de Tonga, Siaosi Sovaleni, y el ministro de Salud, Saia Piukala, anunciaron anoche la medida a través de un mensaje radiofónico.
Los infectados han sido trasladados junto a sus familias a una base militar donde guardarán un periodo de cuarentena, indicó a la emisora Radio New Zealand el presidente de la cámara de diputados en Tonga, Fatafehi Fakafānua.
Tonga sufrió el 15 de enero los efectos de una violenta erupción de un volcán submarino, catalogada como una de las más potentes en los registros, y que a su vez provocó un enorme tsunami, con olas de hasta 15 metros, que arrasó varias islas del país.
El 84 % de la población de Tonga, que quedó incomunicada con el exterior durante varios días, se vio afectada por este desastre, en el que se han registrado al menos tres muertos.
Tras días de incertidumbre, la ayuda internacional, enviada principalmente en aviones y barcos procedentes de Australia y Nueva Zelanda, comenzó a llegar a este remoto archipiélago y se iniciaron las operaciones de reconstrucción.