Sus nombres eran Abigail, Guadalupe, Brenda, Janelle y Delfina. Tal vez no tenían nada en común, pero al final de sus vidas coincidieron en dos cosas: tuvieron una muerte violenta, la cual ocurrió casi en los mismos días. Una tercera coincidencia sería que fueron asesinadas en Guerrero, donde la mayoría de crímenes quedan impunes. Entre el 14 y el 17 de enero, en cuatro hechos distintos y lugares diferentes.
El viernes 14 de enero, en Xaltianguis, Acapulco, Abigail y Guadalupe (hija y madre) fueron atacadas a tiros por hombres armados a bordo de un automóvil. Eran las 11:00 de la mañana y estaban afuera de una tienda en la colonia El Panteón. El reporte policiaco no dice cuántos tiros recibieron, pero lo que sí dice es que fueron armas de alto poder: AK-47. No tuvieron tiempo ni de correr. En este caso las autoridades no reportaron detenidos.