Las personas tienden a tirar sus cubrebocas de manera incorrecta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró emergencia sanitaria por el virus COVID-19 en el año 2020. Ante esto, surgió una gran cantidad y variedad de pruebas, antisépticos y equipo de protección personal que incluyen desde cubrebocas hasta overoles. Los esfuerzos durante esta pandemia han estado encaminados a reducir el contagio y la propagación del virus, pero no se tiene la conciencia adecuada en cuanto a la contaminación generada.
Si se siguen correctamente los lineamientos de la OMS y usamos un cubrebocas desechable por día durante todo el confinamiento, esto podría resultar en un consumo global de 129 mil millones de mascarillas en México.
Recomendaciones. Un cubrebocas de tela se puede lavar, desinfectar, secar y reutilizar. Para desecharse debe lavarse y secarse previamente. Una mascarilla quirúrgica, si está seca, las capas intactas y no está rota, se puede reutilizar durante tres días. Si la usa una persona con infección confirmada o probable, no debe reutilizarse ni compartirse. Para desecharse se debe doblar de afuera hacia adentro, de esta manera el área contaminada no queda expuesta.
Ciudadanos en Monclova comentan que por lo general solamente tiran al bote de basura su cubrebocas cuando ya no lo utilizan, pero no tienen la información adecuada para hacerlo correctamente.
Por otro lado, en un recorrido que Periódico El Tiempo realizó en la calles de la localidad, resultó evidente que la gente no le toma las importancia necesaria al desecho de sus mascarillas quirúrgicas, pues es muy común encontrarse con ellas tiradas por las calles, aumentando así la contaminación ambiental. Lo correcto es seguir los pasos antes mencionados.