"Trabajamos hombro con hombro, en igualdad de circunstancias y con respeto a las soberanías"
CIUDAD DE MÉXICO.- México no le hace el trabajo a Estados Unidos en materia de migración, ambas naciones han logrado ver el tema de manera regional y trabajan hombro con hombro, en igualdad de circunstancias y con respeto a las soberanías, asegura el embajador Esteban Moctezuma Barragán. Acreditado como representante del gobierno mexicano ante Estados Unidos, Moctezuma Barragán señala que la política migratoria de Estados Unidos está en una redefinición importante y lo que se ha logrado es trabajar de manera coordinada para proteger a los migrantes.
El programa Quédate en México, defiende en entrevista con EL UNIVERSAL, se implementa nuevamente, pero el gobierno mexicano condicionó su colaboración.
¿Cómo será el cabildeo con Estados Unidos para que se tengan cambios en materia migratoria? —En primer lugar, es una decisión soberana de Estados Unidos. México lo que puede expresar es su concepción sobre el tema y la mejor enseñanza es el ejemplo. Ayer se habló también de la búsqueda de que quede muy clara la política migratoria mexicana, porque a nosotros ya nos cambió el tema migratorio.
Antes solamente éramos un país de tránsito o mexicanos que se iban a Estados Unidos, ya se convirtió México en un país de refugio, ha habido solicitud de más de 100 mil personas, el año pasado, de asilo. Ese cambio que se está dando en el fenómeno migratorio internacional, y de Norteamérica y Estados Unidos y México, nos obliga a tener clara una política migratoria.
¿Qué indicación tiene para buscar suspender el programa Quédate en México? —El canciller Marcelo Ebrard ha sido muy claro en esto. México condicionó su colaboración en este tema, a que fuera muy distinto a lo que se conocía anteriormente como el Remain in Mexico [Quédate en México]; se están acortando los tiempos para tomar una resolución.
Se amplió el número de jueces que resuelven para hacer mucho más eficientes; se está determinando claramente a qué lugares pueden llegar y no que puedan enviar a las personas a cualquier lugar. Se ve si tenemos capacidad de atenderlos, recibirlos, y si no, no recibirlos.
¿Quédate en México ya es para largo plazo? —La política migratoria de Estados Unidos está en redefinición importante.
Hemos logrado trabajar de manera coordinada para proteger a los migrantes. Uno de los temas es si los migrantes corren o no más riesgo.
La seguridad del migrante es importante. Estamos hablando de que algunas zonas de la frontera requieren de un tratamiento más cuidadoso y afortunadamente en el diálogo hemos hecho entender de ese tema a Estados Unidos.
¿México le hace el trabajo a Estados Unidos? —No. Creo que es un tema regional, es un fenómeno en el que somos corresponsables no sólo México y Estados Unidos, también Centroamérica.
También Sudamérica, porque ya hubo migraciones de Ecuador, Brasil, Haití; entonces, yo respeto mucho del diálogo que hemos logrado construir, que Estados Unidos y México trabajan hombro con hombro, en igualdad de circunstancias, con respeto a sus soberanías, viendo el problema como regional. Y así migración como seguridad, comercio, como la construcción de Norteamérica para hacerla una región competitiva y con desarrollo humanista.
¿En qué acciones se pueden ver avances del Acuerdo Bicentenario (en materia de seguridad)? —Se crearon los grupos de trabajo tanto internos en México como en Estados Unidos, y bilaterales, para tomar decisiones coordinadas en muchos temas. En temas de estupefacientes, de sustancias ilegales, todo ese tipo de temas que nos están afectando, como el de las armas y su importación a México.
¿Qué pasa con la DEA, actúa por su cuenta? —No. Hay una ley de seguridad y se tienen que sujetar a ella. Esto significa que tenemos que saber quiénes y a qué vienen.
¿No hay confrontación con esta agencia? ¿Ellos imponen la agenda? —No. Lo que están ellos obligados es a acatar la ley.
¿Cuál es la prioridad en materia de seguridad? —El tema del contrabando de armas, porque es la parte que más afecta lo más importante que es las vidas de los mexicanos. La prioridad es reducir el número de homicidios, proteger la vida de los mexicanos. Uno de los instrumentos para evitarlo es que haya menos armas, porque si quieren que haya menos importación de droga, tiene que haber menos importación ilegal de armas. Armas y droga es un binomio.
¿Hay entendimiento? Pareciera que Estados Unidos tiene otras prioridades.
—Sí, cada gobierno puede tener su propia visión, prioridad, y de ahí es la importancia del Acuerdo Bicentenario, que ahí se discutieron entre los dos gobiernos, cuáles eran las propias prioridades y se definió una ruta para cubrir ambas.
¿Qué instrucción se lleva sobre el T-MEC y las discordancias que hay?
—Obviamente siempre habrá discordancias porque son puntos de vista de cada país, pero el tratado lo que tiene es el camino, la ruta, la vía legal para que esas diferencias se canalicen jurídicamente. Lo que decimos es que cuando hay paneles, muestran que el tratado está más vivo que nunca, porque precisamente está trabajándose dentro de los canales jurídicos. Pero antes, siempre hay acción diplomática, diálogo y siempre se busca que se llegue a un acuerdo lo mejor posible.
¿Cómo le va con el tema de la reforma eléctrica y las explicaciones que debe dar?
—El reto, en primer lugar, es esperar a que sea ley, porque es una iniciativa, entonces, las iniciativas son una cosa. Lo que nosotros hacemos es explicar los motivos de la iniciativa, lo que se busca alcanzar, y canalizar a muchas empresas a que expongan sus casos concretos, porque muchas empresas tienen diferentes tipos de temas con respecto a lo que conocen de la iniciativa. Para explicarla bien y ver lo que se puede arreglar, estamos en este proceso.