Al exministro también se le ha vinculado con altercados causados por grupos violentos de mineros de oro armados con machetes.
Harare,- El presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, cesó este lunes a su ministro de Seguridad del Estado, Owen Ncube, por "conducta inapropiada".
En un escueto comunicado, el secretario jefe del presidente y del gabinete, Misheck Sibanda, confirmó que Mnangagwa destituyó a Ncube "con efecto inmediato por conducta inapropiada para un ministro del Gobierno", si facilitar más detalles.
El ya extitular de Seguridad del Estado, que estaba a cargo de la Organización Central de Inteligencia (CIO, en sus siglas en inglés), los servicios de espionaje del país africano, se convirtió en el segundo ministro despedido por el mandatario zimbabuense en dos años.
El primero fue el exministro de Sanidad Obadiah Moyo, cesado en julio de 2020 por un caso de corrupción en la compra de suministros médicos por valor de decenas de millones de dólares, incluidos test de la covid-19.
La destitución de Ncube, responsable de la seguridad estatal desde 2018, ocurrió tras divulgarse informes que le culpan de la lucha entre facciones de la gubernamental Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) registrada recientemente en la provincia de Midlands (centro), gran bastión político de Mnanagwa.
Al exministro también se le ha vinculado con altercados causados por grupos violentos de mineros de oro armados con machetes, conocidos como "mashurugwi", que pelean por el control de yacimientos de oro en la provincia.
El año pasado, el Reino Unido impuso sanciones específicas a Ncube por su papel en la represión de las protestas por el alza del combustible acaecidas en Zimbabue en enero de 2019, que provocaron al menos 17 muertos.
Estados Unidos había decretado también sanciones contra él en 2020.
Hasta hace poco, el extitular de Seguridad era considerado un estrecho aliado de Mnangagwa, en cuyo gabinete ingresó tras la dimisión en noviembre de 2017 del entonces presidente, Robert Mugabe, forzada por el Ejército y la cúpula de la ZANU-PF, movimiento que el ya fallecido mandatario consideró siempre un golpe de Estado.