Las pandemias eventualmente llegan a su fin, incluso si la presencia de la variante ómicron complica la cuestión de cuando terminará esta. Pero no será como apagar un interruptor. El mundo tendrá que aprender a coexistir con un virus que llegó para quedarse. La altamente contagiosa ómicron ha impulsado el número de infecciones a máximos históricos y ha desatado el caos en momentos en que un agotado mundo lucha, nuevamente, por contener su propagación.