Jefes de estado, políticos y periodistas eran espiados
Las investigaciones periodísticas independientes están levantando cada vez más casos de corrupción y malas praxis gubernamentales a nivel internacional, aunque sus repercusiones penales son mínimas, cuando no inexistentes. En 2021, varias indagaciones realizadas por un consorcio de medios de comunicación, agrupaciones civiles y expertos en ciberseguridad, expusieron grandes escándalos relacionados con el espionaje transfronterizo y el fraude fiscal a gran escala.
El primero de ellos saltó a las principales portadas a mediados de año, cuando se descubrió que jefes de Estado, políticos, activistas, periodistas y personajes notorios estaban siendo espiados telefónicamente a través de Pegasus, un programa originalmente ideado para combatir el terrorismo y la delincuencia y que desde hace años se vende a gobiernos de todo el mundo. El hallazgo se produjo tras la filtración de una lista de más de 50 mil números de teléfono que, potencialmente, eran objetivos de espionaje. Algunos de los celulares pertenecían a más de 600 políticos, 14 de ellos líderes mundiales, y casi 200 periodistas de medios como The New York Times, Al Jazeera y France 24.
Gobiernos. El sofisticado software Pegasus, orientado a la prevención del crimen, estaba siendo utilizado por agencias y gobiernos de diferentes países para piratear los celulares de personas relevantes que, por distintos motivos, eran consideradas de interés por algunos de los clientes de NSO Group, la empresa tecnológica israelí creadora del programa. Los responsables de la investigación estiman que los miles de teléfonos recopilados en la lista eran objetivos eventuales de espionaje por parte de los gobiernos.