Los Estados Unidos condenan los ataques cometidos por militares en los estados Kayah y Karen, donde han muerto al menos 35 personas inocentes.
Bangkok,- Unicef confirmó el asesinato de cuatro menores de edad entre las al menos 35 víctimas de la masacre contra civiles en el estado Kayah, este de Birmania, supuestamente perpetrada por el Ejército birmano.
La víctimas menores son dos adolescentes de 17 años, una adolescente cuya edad no se precisa y un menor de entre 5-6 años del que no se ha podido determinar el género, según informes procedentes de fuentes "creíble" al ente internacional, apuntó anoche en un comunicado.
La oenegé Save The Children, por su parte, confirmó el martes el asesinato de dos trabajadores humanitarios que viajaban en la caravana de vehículos donde se encontraron los cuerpos calcinados de las víctimas.
"Unicef condena enérgicamente este ataque contra civiles, menores y trabajadores humanitarios", señala Debora Comini, directora de Unicef para la región del Este de Asia y el Pacífico.
"La protección de civiles, particularmente menores y trabajadores humanitarios, debe ser una prioridad durante los conflictos, conforme a las leyes internacionales y la Convención de los Derechos de los Niños, de las que Birmania es firmante", remarca Comini, al pedir una "investigación urgente de este deplorable incidente".
Los 35 cadáveres calcinados fueron encontrados el 24 de diciembre en Kayah, uno de los estados en conflicto por los combates entre los militares y las milicias civiles opuestas al golpe de Estado.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se sumó anoche a la condena internacional de este ataque y la campaña militar desplegada en el vecino estado Karen, donde supuestamente el Ejército ha usado ataques aéreos contra poblaciones civiles.
"Los Estados Unidos condenan los ataques cometidos por militares en los estados Kayah y Karen, donde han muerto al menos 35 personas inocentes. Apoyamos los esfuerzos, incluido el Mecanismo de Investigación Independiente para Birmania de Naciones Unidas, para promover la rendición de cuentas de los responsables", dijo Blinken.
Save The Children indicó el fin de semana que "según los informes, los militares obligaron a las personas a salir de sus automóviles, arrestaron a algunas, mataron a otras y quemaron sus cuerpos".
Birmania ha entrado en una espiral de crisis y violencia desde que los militares liderados por Min Aung Hlaing tomaron el poder el 1 de febrero en un golpe de Estado que derrocó al Gobierno democrático de Aung San Suu Kyi, actualmente bajo arresto.
Además de protestas pacíficas y un movimiento de desobediencia civil, se han formado milicias civiles que han tomado las armas junto a las guerrillas étnicas que llevan en conflicto con el Ejército birmano desde hace décadas.
Tras casi once meses después de la asonada, la junta militar sigue sin tener el control completo del país a pesar de la brutal violencia utilizada contra la disidencia y que ha causado hasta la fecha al menos 1.380 muertos y más de 11.200 detenidos, según la Asociación de Asistencia a los Prisioneros Políticos (AAPP) birmana.