“Las necesidades de la mayoría anteceden las de pocos, incluso las de uno mismo, eso lo tengo muy en claro y por eso me gusta esa frase”.
"Nunca me imaginé haciendo otra cosa que no tuviera que ver con caricaturas, dibujar, juguetes o algo relacionado a la música", fue lo que mencionó el diseñador Eder Giovanni Alemao Rodríguez Navarrete al preguntarle sobre la elección de su profesión, en donde no ha sido fácil ubicarse y sobre todo conseguir un lugar de reconocimiento en el mercado.
Los sueños muchas veces en las personas son muchos, tu los tuviste pero actualmente ¿Cuál es tu profesión? "Soy diseñador gráfico, fue lo que estudié y hasta la fecha me dedico a ello. Aunque desde muy niño he dibujado, así que he sido ilustrador toda la vida. Súmale una pasión que tengo por enseñar, soy profesor desde hace más de una década también"
Siempre se tiene un punto de decisión para un trabajo o una profesión ¿Qué es lo que le inspiró a dedicarse a estudiarlo? "Nunca me imaginé haciendo otra cosa que no tuviera que ver con caricaturas, dibujar, juguetes o algo relacionado a la música (tengo una cicatriz cerca del labio por jugar a rockear cuando era niño). Así que desde primaria vendía dibujos, así en cada etapa escolar que estuve. En la prepa aún no sabía que estudiar, pero estaba seguro que no quería trabajar nunca en mi vida y que solo quería dibujar. En esa época formé una banda de rock y el baterista estudiaba diseño, supe de la carrera y fui la ficha 001 de inscripción a la carrera. Y 18 años después, aquí estoy"
En ocasiones es complicado encontrar el punto real de tu oficio o trabajo ¿Cuál ha sido tu mejor experiencia laboralmente? "En cada lugar que estuve, fue algo especial, aunque la mayoría tiene que ver con comida. Mientras era estudiante trabajé en ChumaZero Publicidad y casi diario me daban pollito para llegar a viejito (pues el patrón de esa imprenta/agencia es hijo del dueño del mejor pollo de la ciudad), pero sin duda donde además de los muy frecuentes almuerzos con tacos o guisos caseros, tardes de frituras y refresco, pastel casi semanalmente y grandiosa música, es en lo que hoy se llama Casa Del Diseño, fue mi primer trabajo cuando se llamaba DG Publicidad, salía de allí y probaba otro lado, luego meses después regresaba, y fue oficialmente el último trabajo que tuve antes de independizarme. Forjé grandes amistades allí y hasta la fecha tenemos relación laboral, de coleccionista y de hermandad".
Muchas veces se complica encontrar un estilo propio ¿Ha sido difícil abrirte paso en este ámbito? "Sí, creo que como en todos lados. Pero lo tuve muy claro desde mis 18 cuando entré a la carrera. Quería formar una marca y desde esa época comencé a moldear con mi nombre lo que hoy se convertiría. Sigo aprendiendo día a día cosas relacionadas a mi profesión y a otras tantas (porque siempre me ha gustado el conocimiento) pero siempre quise trabajar para mi, sin horarios o patrones, ser conocido por mi nombre y mi imagen, al mismo tiempo he querido que muchos jóvenes emprendan y crezcan igual o más que yo. Eso me ayuda a educar al diseñador a no creer que somos competencia y que para todos sale el sol. Todos tenemos estilos muy diferentes, ofrecemos distintas cosas, eso enriquece el gremio y nos permite ganar a todos. Yo aprendo de los demás y en lugar de que yo solo me abra paso, juntos vamos con nuestros machetes cortando las ramas y abriéndonos paso".
Las costumbres de una ciudad pueden ser un punto complicado ¿Ha sido difícil posicionarse en este ámbito en Monclova? "Definitivamente. Para que una ciudad deje de considerarse pueblo o rancho debe superar los 100 mil habitantes y Monclova sin contar el área metropolitana dobla esa cantidad, sin embargo aún es una ciudad muy conservadora y tradicionalista, es chica, mi profesión o incluso algunas similares o afines, es un poco difícil de despegar aquí, para ejemplificarlo, hay muchísimas imprentas o centros de impresión, en menos de 2 kilómetros ya alguien imprime en papel tamaño tabloide, o alguien imprime lonas, o tarjetas de presentación o invitaciones. Aun así no es justificante, yo vivo aquí y vivo de ello. Pero no concentro mi marca solamente en la ciudad, desde la llegada de las redes sociales en nuestro país, fui probando sitios para trabajar remotamente u ofreciendo mis servicios de diseño e ilustración, poco a poco fui ganando clientes que ellos mismo me han recomendado, gracias a ello mi trabajo ha llegado a otras ciudades del país, incluso a otros países y de otros lenguajes. Hasta ahora, no tengo barrera para trabajar (salvo cuando no tengo conexión a internet).