Aunque se vivieron dos años difíciles se logró salir adelante de la mano de la gente.
La pandemia de COVID-19 transformó el acceso a los servicios básicos y de salud como impacto y de manera adicional la necesidad de reubicar el único centro de salud con atención hospitalaria, como lo es la Unidad Médica de salud número 51, conocida como la clínica de Campo.
Esta histórica contingencia obligó a la alcaldesa Gladys Ayala Flores y al Ayuntamiento a reinventar acciones, surgiendo la necesidad de sumar esfuerzos de todas las unidades de la administración municipal, que, durante estos últimos 21 meses, de una manera coordinada y haciendo equipo para mejorar los indicadores de salud en la población cumplieron con más
programas de asistencia social.
Todos los recursos necesarios se centraron en el tema de salud en busca del bienestar de los sambonenses, haciendo un esfuerzo por encontrar un justo medio entre salvaguardar la salud de los habitantes y reactivar la economía y el
desarrollo social de nuestro entorno.
Durante este último año de la administración se inició la campaña de vacunación que vino a dar un respiro a miles de ciudadanos que tuvieron la posibilidad de recibir la vacuna contra el COVID, San Buenaventura es una de la ciudad con mayor número de ciudadanos que fueron vacunados 24,183 dosis aplicadas, entre la primer y segunda dosis, con apoyo del departamento de salud municipal, jurisdicciones de salud en el estado, la cuarta y la quinta, así como el gobierno federal.
Un gran reto para el DIF municipal, la atención y cuidado de las personas que habitan en el asilo de ancianos, reactivar la impartición de talleres y cursos que permitieron que cientos de mujeres y hombres recibieran constancia que les acredita el conocimiento en algún arte u oficio, como lo fueron Talleres de Panadería, gastronomía, repostería, corte de pelo, aplicación de uñas y que hoy en muchos casos les permite ser una generación de auto empleo, gracias al ICATEC y con todos los programas de esta dependencia.