Los bombardeos, aseguró, no afectaron las zonas operativas de las instalaciones.
Saná,- La coalición árabe capitaneada por Arabia Saudí que interviene en el Yemen desde 2015 bombardeó este lunes el aeropuerto de la capital del país, Saná, después de que la alianza pidiera a la ONU, ONG y civiles que evacuaran las instalaciones aeroportuarias.
"Se han realizado bombardeos precisos y limitados contra objetivos militares legítimos en el aeropuerto de Saná", anunció la coalición árabe en un comunicado reproducido por la cadena de televisión estatal saudí Al Ijbariya.
Testigos cerca del aeropuerto indicaron a Efe que al menos tres ataques fueron lanzados contra las instalaciones, donde por ahora no se habrían registrado víctimas.
Según Al Ijbariya, "la operación se produjo en respuesta a la amenaza y al uso del aeropuerto de Saná como sitio de lanzamiento de ataques transfronterizos" por parte de los rebeldes hutíes del Yemen contra posiciones del sur de Arabia Saudí.
Por su parte, el portavoz de la alianza árabe, Turki al Malki, dijo en declaraciones a la cadena privada saudí Al Arabiya que los ataques fueron realizados en "legítima defensa" y que fueron dirigidos contra "posiciones militares" dentro del aeropuerto.
Los bombardeos, aseguró, no afectaron las zonas operativas de las instalaciones.
Asimismo, indicó que "en el futuro se anunciaran a los civiles (del Yemen) los lugares que serán objetivo" de ataques.
Previamente, la coalición pidió a la ONU, trabajadores humanitarios y civiles que evacuaran "inmediatamente" el aeropuerto de Saná para "tomar medidas legales con el fin de hacer frente a las amenazas".
Los rebeldes hutíes han atacado con drones y misiles balísticos varias posiciones de Arabia Saudí en la pasada semana, siendo el último ataque ayer contra el aeropuerto internacional de Abha, en el sur del reino árabe, con dos aviones no tripulados que fueron interceptados.
Por su parte, la alianza de países árabes suníes intensificó en las últimas semanas sus ataques aéreos contra los rebeldes yemeníes en la provincia de Marib, en el norte del Yemen y que los insurgentes intentan controlar desde febrero, así como contra puntos selectivos en Saná, controlada por los hutíes desde 2014.
Esta escalada en el conflicto se produce dos días después de que el máximo líder de los rebeldes, apoyados por Irán, Abdelmalek al Huti, afirmara su disposición a establecer la paz con Riad, siempre y cuando Arabia Saudí levante el bloqueo impuesto a las zonas que controlan los insurgentes y "detenga su agresión".