Conocernos a nosotros mismos, no solo es un ejercicio recomendado para la plenitud y la autosatisfacción, es necesario para entender lo que hacemos y evaluar hacia dónde vamos.
Conocer nuestra historia es clave para proyectarnos hacia el mundo y resolver nuestras posiciones, más aún en aquello que año tras año nos divide o nos une.
Esta temporada, la decembrina, es ideal para evitar el primer escenario y apelar al segundo, valiendo más para ello estos tiempos pandémicos para acercarnos con autenticidad.
Dicho lo anterior y con mis mejores deseos para unas fiestas amenas y cálidas con los suyos, me sirvo el compartirle algunos de mis apuntes históricos para entender de dónde viene aquello que nos trajo hasta aquí y nuestra forma de representarlo.
LOS NACIMIENTOS
Además de decorar con botas, figuras de animales típicos de la fecha y, por supuesto, un árbol navideño, son muchos los hogares en los que también es tradición colocar un Nacimiento durante las celebraciones que culminan cada 25 de diciembre.
Este Nacimiento es precisamente una representación del lugar y momento en el que, según la tradición católica, Jesús llegó al mundo.
Fue desde el siglo V d.C. cuando el Papa San Sixto III tuvo la idea de celebrar la Navidad con algunas representaciones del hecho, aunque es a San Francisco de Asís a quien se le considera creador de los Nacimientos.
Y es que fue este santo quien en 1223 inició con la costumbre de celebrar la Nochebuena reviviendo el momento de la llegada del "Mesías", por lo que recreó un Nacimiento en el bosque, utilizando personas y animales vivos.
No fueron pocos quienes mostraron su agrado por la idea de San Francisco y la retomaron para sí mismos, logrando que, a partir del siglo XVI, la colocación de Nacimientos empezara a convertirse en una tradición, aunque usando figuras de madera o de barro en vez de seres vivos, debido principalmente a cuestiones de espacio.
NOCHEVIEJA Y AÑO NUEVO
La Nochevieja, como se le conoce a la víspera de Año Nuevo, es, como se sabe, la celebración en que se despide al año que está por terminar y se recibe al año que comienza.
Tiene lugar el 31 de diciembre, último día del año en el calendario gregoriano.
Dicho calendario fue adoptado en 1582, por lo que en ese año fue cuando tuvo lugar por primera vez esta festividad en los mismos tiempos en que se celebra actualmente.
Anteriormente era una noche que se vivía con cierto temor, pero desde principios del siglo XIX se ha adoptado como una festividad de alegría, llena de rituales e incluso supersticiones.
BUENOS DESEOS
¡Qué pase unas felices fiestas! Y como decía el sabio Oliverio Girondo, llegue al último episodio de este 2021 agradecido. Muy agradecido.