Mbappé dice que no cree que el hecho de que haya tantas estrellas en la formación de la capital francesa perjudique a su cohesión.
París,- Kylian Mbappé explica que hasta ahora su recorrido ha seguido un camino lógico, con su ascensión primero al Mónaco y ahora al París Saint Germain (PSG), pero con vistas al futuro de su carrera, deja abierta la puerta a "lo imprevisto" y a "la sorpresa", porque pueden ocurrir cosas que cambien los planes.
En una larga entrevista publicada este jueves por la revista 'Paris Match' sobre su vida, en la que no se aborda en momento alguno ni su continuidad en el PSG ni su hipotético interés por fichar por el Real Madrid, el joven internacional francés insiste en presentarse como una persona normal una vez que deja los campos de fútbol.
Preguntado por si su futuro sigue tan prefijado como parece que ha estado su historia desde la infancia, reconoce en primer lugar que "pasar de joven promesa a profesional, del Mónaco al PSG era lógico"."Pero -añade- ahora que hablamos de carrera, puede haber espacio para lo imprevisto. Darse gusto, crear la sorpresa, forma parte de la belleza del deporte. Pueden ocurrir cosas que cambian tus planes: es imposible predecir qué haré en los 20 próximos años".
Asegura que él es quien tiene la última palabra sobre su carrera, y aunque discute con sus padres sobre eso, "nunca se oponen a mis decisiones y no me han impuesto nunca nada, ni siquiera cuando era menor. Siempre me han explicado que era mejor así, porque en caso de error o de mala decisión, no se lo reprocharía".
Sobre por qué el PSG se queda a un paso de ganar la Liga de Campeones, el delantero insiste en que les ha faltado muy poco y en que el club "ha hecho esfuerzos considerables para tratar de mejorar el equipo a lo largo de los años".
Gracias a eso, ya se le respeta a nivel europeo y mundial, y lo único que le falta, a su parecer, es "solucionar algunos detalles y tratar de ganar", algo en lo que están trabajando.
"En el fútbol hay una buena parte de suerte; pero hay que provocarla y tal vez no lo hemos hecho lo suficiente", argumenta antes de manifestar su esperanza de que "este año sea el bueno".Mbappé dice que no cree que el hecho de que haya tantas estrellas en la formación de la capital francesa perjudique a su cohesión.
"En el PSG hay muchas y los resultados están ahí: ganamos títulos. Por supuesto, hay que aceptar concesiones cuando no se es la única estrella, pero no me parece que eso sea algo malo, al contrario".
Reconoce que sigue sin soportar la derrota "porque nunca he aprendido a perder". Y aunque llega a controlarse para no dejar traslucir su decepción, tras perder un encuentro vuelve a casa con un gran enfado, "proporcional a la pasión que pongo en lo que hago".
De su relación con el madridista Karim Benzema en los 'bleus', subraya que se aprecian y que "es mucho más fácil crear una conexión en el campo cuando eres amigo. Uno y otro tenemos ganas de brillar, de ayudarnos a marcar goles. ¡Y eso funciona!"Para Mbappé sería "fabuloso" poder ganar el Mundial de Catar el año próximo, que sería el segundo consecutivo para Francia, y considera que "no hay ninguna razón para no intentarlo. Es la ocasión para dejar nuestros nombres grabados para siempre en la historia".
Aunque ya no tiene ídolos, le producen admiración otros deportistas que han hecho historia también en diferentes disciplinas como el tenis y el baloncesto, porque sabe lo que hay detrás de sus éxitos en términos de sacrificios y de esfuerzos.
Pone el ejemplo del los tenistas Rafael Nadal y Roger Federer, con los que ha tenido ocasión de hablar cuando ha ido a verlos en el torneo de Roland Garros.
"Admiro a esos campeones que han sabido estar al máximo durante muchos años. Tener esa regularidad no es algo que pueda hacer todo el mundo".