Esta vecina dominicana de Madrid fue asesinada a tiros por un grupo de extrema derecha hace 29 años.
Vecinos del barrio madrileño de Aravaca se concentraron este jueves para reclamar al Ayuntamiento de la capital que mantenga el mural que recuerda a la dominicana Lucrecia Pérez, primera víctima de un asesinato racista reconocido como tal en España.
Esta vecina dominicana de Madrid fue asesinada a tiros por un grupo de extrema derecha hace 29 años y un mural en una plaza del distrito de Moncloa-Aravaca homenajea su memoria.
El mural, que fue pintado en 2017, está en un edificio que el ayuntamiento va a reformar y, como consecuencia, tendrían que taparlo, pero los vecinos exigen paralizar las obras mientras no haya "una solución alternativa que no suponga que se quede el mural oculto".
Los manifestantes llevaron carteles con el lema "El mural se queda" y leyeron un manifiesto en el que reivindicaron la necesidad de preservar este símbolo de memoria en su actual enclave.
Fuentes municipales explicaron a Efe que, al tratarse de una reforma integral, la normativa exige dotar al edificio de una envolvente térmica y dejar al descubierto el mural, de unos quince metros cuadrados, "incumpliría los valores de aislamiento requeridos".
El mes pasado el Ayuntamiento propuso como alternativa colocar una escultura conmemorativa en la plaza que lleva el nombre de Lucrecia Pérez que se colocaría el próximo año, cuando se cumple el treinta aniversario de su asesinato.
Pérez fue tiroteada en las ruinas de una discoteca en Aravaca, el 13 de noviembre de 1992 por motivos racistas y xenófobos.
Sus asesinos, ya excarcelados, fueron tres menores de edad, condenados cada uno a 24 años de cárcel, y un ex guardia civil, autor de los disparos, sentenciado a 54 años de prisión.
Según la sentencia que los condenó, los cuatro fueron a las ruinas de la discoteca, donde residía un grupo de inmigrantes latinoamericanos, irrumpieron en una de las habitaciones y efectuaron varios disparos, uno de los cuales mató a Lucrecia Pérez.