Derivado del COVID tendrán otra Navidad sin visitas de sus familiares.
Por segundo año consecutivo, las y los abuelitos del Asilo Ropero del Pobre no podrán celebrar la Navidad en compañía de familiares y voluntarios, para evitar riesgos a su salud debido a la pandemia y la llegada de la nueva cepa del virus al país.
“Habíamos pensado iniciar con algunos festejos, algunas posadas con grupos controlados, pero la verdad es que ante esto, como es algo desconocido y no los podemos exponer, entonces decidimos que no”, explicó Paulina Udave Valdés, directora del asilo ubicado en la calle Hidalgo 637 sur, en el Centro Histórico de Saltillo.
Asimismo, detalló que desde que inició la emergencia sanitaria reforzaron las medidas de prevención y cancelaron todas las actividades que implicaban algún contacto con visitantes externos, como visitas de grupos voluntarios que impartían clases o juegos a los adultos mayores, así como jóvenes universitarios que acudían a realizar prácticas y labores sociales en el asilo.Estas restricciones aunadas a la sanitización del espacio y a extremar los cuidados de salud de los adultos mayores y personal del asilo, impidieron que ninguno de los 98 residentes se contagiara de COVID-19.
Las y los abuelitos permanecieron 14 meses sin visitas, aunque con apoyos en especie que eran entregados al asilo, pero sin contacto entre grupos de voluntarios y donadores y residentes como sí ocurría antes de la pandemia.
Fue hasta el Día de la Madre y Día del Padre de este 2021 que se permitió el ingreso controlado de hijas e hijos, y a partir de noviembre también se activó el sistema de visitas, pero de una forma muy controlada. “El asilo sigue necesitando del apoyo de la sociedad, hoy más que nunca, porque antes ya veníamos batallando"