Alejandro Poiré, dijo que la obra refleja los vaivenes del pensamiento del autor y de los tiempos actuales.
GUADALAJARA, Jal.,- "La casa de la contradicción", la obra más reciente de Jesús Silva-Herzog Márquez, es –en palabras de Porfirio Muñoz Ledo– un libro brillante de ensayo político más apegado al Elogio de la locura, de Erasmo de Rotterdam, que a los ensayos de Montesquieu.
"Un libro frondoso que no tiene ni una palabra de más ni una palabra de menos (...) es la crítica más dura del ejercicio del poder y del arribo al poder", señaló el político, quien dijo estar sorprendido con la forma en que escribe Silva-Herzog Márquez.
A la presentación de esta obra en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, también acudió la senadora Claudia Ruiz Massieu, quien consideró que el texto no puede llegar en un mejor momento porque es justo cuando estamos reflexionando sobre la democracia mexicana, sobre el desencanto con la democracia y el desasosiego que genera.
En ese sentido, señaló que la democracia es contradictoria porque es diversa y está siempre en tensión, que se funda en la igualdad pero no en la homogeneidad porque ésta conduce al totalitarismo.
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Señaló que en los gobiernos del PAN no se entendió el mandato del voto que pedía una transformación del ejercicio del poder y el PRI tampoco lo hizo en 2012, lo que generó "el volcán" que estalló en 2018 pero que ahora se ve que tampoco busca una transformación.
Para la priísta lo que le falta a este libro es un último capítulo sobre cómo vamos a reconstruir la casa democrática en la que debemos caber todas y todos.
En su intervención, el exsecretario de Gobernación, Santiago Creel, señaló que el libro de Silva-Herzog analiza las grandes contradicciones de la democracia y la política y muestra que en México hay un debate entre dos gemelos que minan la democracia: tecnocracia y populismo.
Opinó que el principal error en la alternancia del año 2000 con Vicente Fox fue no intentar un cambio de régimen: "¿se hubiera logrado? No lo sé".
Mencionó que parte de lo que hace a este un gran libro es que mezcla las artes con la política, la literatura con el ensayo.
Por su parte, Alejandro Poiré, ex secretario de Seguridad, dijo que la obra refleja los vaivenes del pensamiento del autor y de los tiempos actuales; además se lee en ella una especie de nostalgia por lo que no lograron los distintos gobiernos desde que ocurrió la alternancia.
La obra muestra –dijo– Poiré, que el populismo tiene un reflejo en sus opositores y éste es el elitismo; así, mientras el populismo muestra a esas élites como enemigas del pueblo, el elitista enfrenta al populista con una narrativa que genera confrontación.
Silva-Herzog Márquez que la democracia no es el artefacto que nos han vendido, sino más bien debe ser un espacio de convivencia, pero no hemos sabido cultivar esto, pues identificamos el conflicto como un desprecio de la calidad del otro; sin embargo, insistió en que debemos seguir apostando por esa conversación que puede no llevar a ningún lado pero nos permite reconocernos como habitantes de un espacio en común.