Los daños superan los 906 millones de euros.
La lava del volcán de la isla canaria de La Palma retoma este viernes su avance sobre zonas agrícolas y viviendas, aunque se mueve despacio, a unos 20 metros por hora, y es probable que en las últimas horas se haya ralentizado aún más.
Este nuevo flujo de lava se intensificó a partir de las 20.00 horas del jueves (hora local), cuando hubo un desbordamiento del lago de lava con material muy fluido y que avanza en tres frentes, según expusieron los portavoces científico y técnico del Plan de emergencias volcánicas de Canarias (Pevolca), Carmen López y Rubén Fernández.
Las últimas mediciones indican que la lava ocupa ya 1.048 hectáreas, siete más que la víspera, y el delta lávico creado por la llegada de lava a las aguas del océano Atlántico ha avanzado 43 hectáreas sobre el mar.
Los demás parámetros del volcán dieron un respiro en este día en que se cumplen dos meses desde la erupción: la sismicidad intermedia ha disminuido, la sismicidad profunda se mantiene, el tremor sigue en niveles bajos y prosigue la tendencia a la disminución de la deflación.
El terremoto más importante de las últimas horas se registró a 36 kilómetros de profundidad a las 01.08 horas, con una magnitud de 5.1, la más alta desde el comienzo de la crisis volcánica, y una intensidad máxima de IV en una escala del I al XII.
Las emisiones de dióxido de azufre se mantienen también en niveles parecidos a los del jueves, con entre 17.000 y 26.000 toneladas diarias.
La calidad del aire es buena en todos los municipios de La Palma, tanto por la concentración de dióxido de azufre (SO2) como de partículas PM10 y partículas PM2,5 según las últimas mediciones.
Mientras los científicos y técnicos monitorizan la actividad del volcán, La Palma registra una notable actividad política este viernes con la séptima visita del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, que en esta ocasión estará acompañado por el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, quien inicia una visita de dos días a la isla para conocer los efectos de la erupción.
Tras dos meses de erupción, la vista de las instituciones está puesta en la ayuda a los damnificados, evitar un éxodo de población y poner las bases de la reconstrucción de la isla cuando la erupción concluya.
Las instituciones están de acuerdo en que La Palma posvolcán sea una isla "referente de sostenibilidad", capaz de arraigar a la población afectada.
Los daños superan los 906 millones de euros (unos 1.025 millones de dólares) en afecciones públicas y privadas, incluidos los costes de intervención de las administraciones autonómica, insular y local pero sin contar aún los daños en las infraestructuras eléctricas, las afecciones a bienes e infraestructuras del Estado ni el coste de intervención de la administración central.