El pasado fin de semana se llevó a cabo la edición 2021 del festival Pa’l Norte el cual tiene su sede en el Parque Fundidora en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. El arranque del mismo se dio el viernes 12 de noviembre y finalizó el sábado 13 teniendo como headliners a las agrupaciones Foo Fighters, quienes pisaron por primera vez tierras regias y a Tame Impala, grupo psicodélico que no dejó debiendo nada por su paso en el escenario. Esta edición tuvo un fuerte dispositivo de prevención debido a la pandemia por la que aún estamos pasando y es que no es para menos: para poder asistir fue obligatorio contar con el certificado de vacunación completo o en su defecto una prueba COVID con resultado negativo, además de que el aforo permitido sólo fue del 40% dada la magnitud de este evento masivo que año con año supera la cantidad de asistentes.
La secretaria estatal de salud, Alma Rosa Marroquín Escamilla señaló que los organizadores respetaron la medida y fueron 64 mil fanáticos de la música los que se dieron cita en ambos días, cuando normalmente el recinto puede recibir hasta 160 mil personas.
Sin embargo y a pesar de todas las medidas implementadas se reportaron 55 casos COVID positivos mediante 1,900 pruebas que se realizaron a los asistentes que presentaban algunos síntomas de la enfermedad, dejando claro que el riesgo de contagio sigue existiendo y que además esos casos positivos sin duda se convertirán en muchos más dado el contacto que tuvieron esas personas dentro del tumulto de gente, sin contar con los positivos asintomáticos que durante dos días estuvieron deambulando a lo largo y ancho del fundidora.
Si bien gran porcentaje de la población está inmunizada, aún falta un grueso de personas que no tienen la segunda dosis y peor aún algunos que no cuentan con ninguna, recordando también que el estar vacunados no es garantía de no contraer el virus, sino simplemente de sufrir menos estragos en caso de contagio.
Otras de las medidas adicionales para evitar que los asistentes estuvieran sin cubrebocas por tiempos prolongados fueron el no permitir el consumo de tabaco y en ese sentido Marroquín Escamilla declaró que se registraron llamadas de atención a 3,950 fumadores, lo que dio como resultado un retiro de 4,000 cajetillas de cigarro, así como la restricción del acceso a niños y mujeres embarazadas, caso algo curioso dado que una de las artistas que se presentó este año lo está, aunque debemos suponer que para ellos lo protocolos son diferentes.
En síntesis podemos decir que al final fue un buen saldo y que esto debe marcar la punta de flecha para ir mejorando los protocolos sanitarios en este tipo de eventos masivos que hace ya casi dos años no podíamos disfrutar. Se extrañaba el vibrar de los escenarios y las anécdotas que conllevan estos conciertos, así como el disfrutar en vivo y en directo a tu banda favorita, lo cual no puede suplantarse viendo un concierto por YouTube; sorprenderse y descubrir a esos artistas para algunos desconocidos que realmente valen la pena y son dignos de ganarse un espacio en nuestros playlists, pero sobre todo el compartir con tanta gente el gusto por la música y la gran variedad de géneros que estos festivales logran mezclar para darle gusto a todos y cada uno de los asistentes.
Sin duda, aún con los pequeños inconvenientes, esto marca el inicio del regreso a la normalidad en materia musical y de presentaciones en vivo que se irán retomando a partir de ya. El siguiente será en Marzo de 2022 con el Vive Latino en la CDMX y para Junio regresa también el bien adoptado Machaca en Monterrey, así que vayamos alistando nuestros mejores pasos y desempolvemos esos viejos tenis de viaje, que ya buena falta nos hace.