Las muerteadas en este municipio del Valle Eteco solían ser un momento cultural esperado durante todo el año en el que solo podían participar hombres; no obstante, desde hace cinco años, Las meras meras han revolucionado esta tradición.
Cuando Mirna Hernández Díaz cumplió 15 años pidió de regalo a su familia que le permitieran participar en la Muerteada, celebración en la que han estado por generaciones: "Mi papá fue muertero; yo desde chica veía a mi papá entrar, salir, disfrazarse, ir, andar y eso me empezó a motivar y preguntarme qué se sentía estar disfrazada, estar bailando, ese tipo de cosas me llamaba la atención; dijeran los muerteros: ‘Es algo que ya traes en la sangre’".
En Villa de Etla, la tradicional Muerteada se lleva a cabo con hombres que se disfrazan para celebrar el Día de Muertos mientras recorren bailando las calles y cantan "raspaditos", versos que satirizan los acontecimientos más relevantes de la vida de esta comunidad.
Rosa Isela Martínez Bautista recuerda que de niña su familia sólo le permitía ver la Muerteada hasta determinada hora, "decían que después ya no porque era un ambiente pesado, porque ya iba mucho borracho, sobre todo hombres, que se propiciaba para que te faltaran el respeto, había muchos hombres que se vestían de mujeres(…) aprovechaban ese espacio para poder vestirse y no faltaba el hombre que los tocaba, ya no sabían si era disfrazado, si era gay o si era mujer, y a nosotras nos relegaban".
La familia de Mirna Hernández accedió a que participara en la Muerteada, pero con restricciones: le dieron una hora límite y la acompañaron. Desde ese año, Mirna se convirtió en muertera y a pesar de remar contra la corriente participó año con año, "así desde los 15 me fui disfrazando, pero tomando el cuidado que no se dieran cuenta que era mujer, incluso, tenía que vendarme los pechos para que no se me notaran, y en los disfraces se viera completamente plano aparentando que era hombre, porque en ese entonces no era bien visto estar dentro de ese ámbito", cuenta Mirna.
Con el tiempo aumentó la participación de mujeres. Fue así como Mirna y Rosa decidieron organizar hace cinco años una Muerteada femenil: Las meras meras, donde se sintieran seguras y pudieran participar libremente.
El nombre, explican, "surge a raíz de ser mujer, somos las chingonas de la casa, por eso Las meras meras, porque al final la batuta la llevamos las mujeres, ¡porque podemos y seguimos pudiendo!".
Las participantes en la comparsa de Las meras meras ha crecido año con año, y es que la tradición de las muerteadas está arraigada en la cultura y disponer de este espacio hace que las mujeres de esta comunidad puedan participar libremente y vivir sus tradiciones.
"Ser muertera es una sensación indescriptible, es una sensación que sientes desde lo profundo de tu alma, como que ese espíritu muertero que viene de generaciones de familia, es muy difícil describirlo, porque si te dicen que es un muertero, pues es una persona que se disfraza en Día de Muertos, pero en este caso no, viene de más allá, es una parte de la raíz como identidad que tenemos aquí en nuestra comunidad como etecos", relata Mirna.
Como parte de la tradición, cada año se pinta un mural alusivo a la comparsa que sirve para convocar a la Muerteada, así como para recolectar fondos para llevarla a cabo; a menudo, las personas que pasan se detienen a ver el mural y cooperan económicamente con la organización.
Desde hace varios años el pintor y escultor oaxaqueño Manuel Miguel se encarga de dar vida al mural de Las meras meras. Para el artista, este trabajo representa una forma de mantener la cultura viva a través del arte y la colaboración.
Este año Manuel Miguel hizo una invitación a distintas personas dedicadas al arte en Oaxaca para participar en la elaboración del mural; a la convocatoria respondieron siete artistas, cinco hombres y dos mujeres.
"Aquí la idea es sumar varias mentalidades creativas, esto es prácticamente un tequio, donde cada maestro está aportando su tiempo, su trabajo, su creatividad, sin ningún fin de lucro, prácticamente es voluntad con la intención que esto [refiriéndose a la comparsa de Las meras meras] se siga manteniendo", explica el artista Manuel Miguel.
Debido a la pandemia por Covid-19, igual que el año pasado, la comparsa femenil de Las meras meras se realizará con un público limitado y será transmitida a través de su página homónima de Facebook.