Es un día especial en el calendario, en el que se honra a los seres queridos que han fallecido.
El Día de Todos los Santos se celebra el 1 de noviembre, como cada año. Es un día especial en el calendario, en el que se honra a los seres queridos que han fallecido. Los cementerios se inundan de gente para visitar y recordar a sus seres queridos, adornando las tumbas con flores o con cosas que le gustaban al difunto.
Pero este año será muy diferente a causa del COVID-19. Ya que hay que llevar a cabo las medidas de prevención implementadas para frenar los contagios, estas medidas hacen que no podamos visitar un camposanto de otra comunidad autónoma.
Origen de esta festividad
El día de todos los santos se lleva celebrando casi toda la vida, pero hay gente que no tiene claro el origen de su celebración. No es otro que, de carácter religioso, de la Iglesia Católica, y se remonta a hace casi 1,300 años. El impulsor de la medida fue el Papa Gregorio III, que durante su tiempo de pontífice (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro en honor de todos los Santos.
Se buscaba que todos los santos fueran honrados al menos un día al año. A mediados del siglo IX, el Papa Gregorio IV, en tiempos de Luis El Piadoso (emperador de Occidente y rey de los francos), extendió su celebración a toda la Iglesia en el año 835. Se cree que se eligió esta fecha 1 de noviembre, porque coincidía con una festividad de los pueblos germanos, y en aquellos años el objetivo de la Iglesia era eliminar las celebraciones paganas estas ofrecían regalos a los dioses, porque decía que ellos les favorecerían con cosechas abundantes, con un negocio próspero, con una vida larga y tranquila.
Durante estos días las catedrales exhiben las reliquias de los santos que hay entre sus muros. El hecho de ser un día en que se honra a todos los santos hace que sea festivo y no laborable.