Utilizar no actores puede ser insuficiente, así que el método fílmico de Sergio Flores Thorija también incluye reclutar amigos y familiares de sus protagonistas para dar el mayor realismo posible.
"Su ropa, es su ropa, sus amigos son sus amigos, la mamá del actor es su mamá en la película, es crear este hiperrealimso aunque sea ficción porque quiero controlar los discursos, la ideas", comenta el cineasta.
De esta forma logró "Travesías", cinta que se estrena hoy en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia.
El largometraje cuenta la historia de Alejandra y Víctor, ella viviendo en Tijuana y él en San Diego, que por diversas circunstancias se tienen que mover a la ciudad vecina. Ella trabaja poniendo uñas artificiales y él está intentando levantar su propia empresa.
Los dos actores naturales se llaman realmente como sus personajes, los que deben mostrar sentirse fuera de lugar cuando llegan a su nuevo sitio.
"Sergio no esperaba que yo fuera actriz, sino yo misma. Las reacciones (del personaje) son mías, similares a las formas que yo podría desarrollar en la vida", comenta Alejandra.
"Había improvisación, no estoy en una situación como el personaje, pero si cómo pensaría al estar en una así", respalda Víctor.
Travesías cuenta con varios planos secuencias. Y para conocer las locaciones, Flores Thorija radicó durante dos años en Tijuana, respirando el ambiente.
"No quería que se sintiera que fue una película hecha por un turista, todos los actores son de allá, toda la gente atrás de la cámara es de allá, excepto yo", apunta el realizador.
Es la segunda ocasión que el realizador llega al FICM pues en su momento presentó 3 mujeres o despertando de mi sueño Bosnio, producida por Béla Tarr (El caballo de Turín).
"Travesías", cuyo presupuesto estuvo abajo de los 5 millones de pesos, contó con Carlos Reygadas, director de "Japón" y "Luz silenciosa", en la producción ejecutiva.
"Era tener una sola toma al día y si no sale, digo, es porque uno está muy tonto. Sale porque sale. Y un poco para no perder la naturalidad, cada toma era repetirla máximo cuatro ocasiones", destaca.