Una versión teatral de la novela "El rastro" de la escritora, ensayista, crítica literaria y académica mexicana Margo Glantz, realizada por Analía Couceyro, con la colaboración de Alejandro Tantanian y la dirección de este último, se presenta este jueves en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes, como parte del Circuito Cervantino 2021, del 49 Festival Internacional Cervantino.
La novela "El rastro", editada en 2002, fue finalista del Premio Herralde de Novela de ese año. Su versión teatral se estrenó en 2014 en Argentina. Ahora, se presenta en México.
La protagonista, Nora García, regresa después de muchos años a su pueblo para asistir al velorio de su exmarido Juan, quien ha muerto de un infarto, lo que genera en Nora una serie de reflexiones sobre la muerte, el amor y la memoria. Además, tanto Nora como Juan, el muerto, son músicos, y así, la música está siempre presente en la novela.
"Es una adaptación muy inteligente y maravillosa que hicieron Alejandro y Analía. Lo que hicieron con mi novela es perfecto, me conmovieron mucho. La novela es muy complicada, tiene muchas vertientes, el meollo es el monólogo de Nora García, quien va al velorio de su ex marido, de modo que son las reflexiones que ella hace en ese momento. Así que la obra retrata lo capital del libro", explica en entrevista Margo Glantz.
Y añade: "Un monólogo es muy difícil, el texto tiene que ser muy bueno y tiene que ser dicho de manera extraordinaria, de lo contrario el texto se pierde. En el teatro es muy importante la forma de decir. Así que el trabajo de Analía es maravilloso. Le han dado una enorme densidad".
En escena Analía Couceyro estará acompañada por el violonchelista peruano-argentino Rafael Delgado Espinoza, quien desde hace varios años se ha posicionado como uno de los más activos exploradores y difusores del violonchelo en la música popular latinoamericana.
La escritora acudirá a la función de este jueves, que se llevará a cabo a las 20 horas. Además, irá a la función que se realizará a las 19 horas en el Teatro Juárez, en Guanajuato, como parte del Cervantino. Volver de a poco a la cotidianidad, dice, es un "regalo del cielo".
"Acabo de llegar de España y de Alemania. Viajar fue un regalo del cielo, me encontré con muchos amigos a lo que quiero mucho y tenía muchas ganas de volver a ver. En España fui a un coloquio en el que hubo dos mesas dedicadas a mí y fui jurado de un premio de poesía que ganó un mexicano. Fue un placer romper con la rutina, tomar un avión. Los viajes son extraordinarios, pero este fue especial porque rompió con mi encierro por la pandemia", cuenta.
La virtualidad durante la pandemia, añade, le permitió encontrarse con mucha gente y poder estar "en todas partes".
"Fue muy interesante estar en todas partes y en ningún lugar. Fue un tiempo que me permitió repensar algunas cosas, no escribí realmente, pero sí participé en muchas actividades e hice un registro de todo, si tengo tiempo podré escribir sobre eso. Soy una mujer muy vieja, la mayor parte de mis amigos han muerto, tengo la muerte muy cerca, soy una sobreviviente, cada día muere alguien de mi generación, se está extinguiendo mi generación, ya no hay gente con la que pueda conversar sobre nuestro pasado.
Sin embargo, tengo muchos amigos jóvenes y he convivido con ellos en zoom y ahora al aire libre. Han sido espacios muy diferentes, muy difíciles de enfrenar. La pandemia dejará secuelas tanto en el pensamiento como en la realidad", cierra.