Con un nombre "postapocalíptico" y un espacio cuya misión persigue más la finalidad de un museo que la de una galería, el pintor y arquitecto Arturo Sotomayor (1961) decidió que Oaxaca era el lugar ideal para incubar su próximo proyecto, nacido como forma de honrar a quienes se han ido por la pandemia y celebrar a quienes han resistido y siguen aquí.
Con esa idea en mente, creó "UNO", un espacio curatorial pensado para albergar distintas expresiones del arte contemporáneo que inciten al pensamiento, pero sin la necesidad de obedecer a una lógica del mercado.
Sotomayor, quien también es Premio Nacional de Arquitectura 1991, lo dice con pocas palabras. Mientras que en una galería convencional la finalidad última es vender todo lo expuesto, en este espacio se busca poner en el primer sitio el pensamiento, la filosofía y la identidad del proyecto que se exponga aquí. Ahí, indica, radica la esencia de un espacio curatorial, en la selección, la convocatoria y la invitación a artistas, proyectos colectivos, intelectuales y políticos.
"Cuando abres un foro así, no te casas con la idea de que se tiene que vender todo lo exhibido, puedes exponer lo mejor de los artistas, hasta lo políticamente correcto o que no es comercial; esto permite tener un acercamiento con el artista, su identidad y pensamiento", dice en entrevista Sotomayor.
Bajo esa premisa fue que diseñó y echó a andar "UNO", que busca ser un espacio funcional, donde confluyan las colaboración entre las artes, con la enseñanza, mediante talleres, el fomento a eventos relacionados con el arte, a proyectos editoriales, o a propuestas itinerantes. Todo con la idea de generar nuevos públicos.
Es así que este 29 de octubre este espacio curatorial abrirá sus puertas al público con la exposición Tierra Negra, que reúne a 24 multipremiados artistas, nacionales e internacionales, quienes mostrarán 28 piezas inéditas, realizadas ex profeso para este espacio.
Entre dichos artistas, algunos de quienes expondrán por primera vez en Oaxaca, figuran grabadores, escultores, pintores, e incluso, se contarán con tres piezas sonoras y auditivas.
"Podemos hacer proyectos completos que no son productos de mercado, sino que valen por lo que significan, eso nos llevó a plantear que este proyecto era para compartir el quehacer plástico e intelectual. Tenemos claro que Oaxaca es un punto de encuentro de las artes, con una gran identidad en su producción, por eso un proyecto como éste no viene a competir, es para integrar", agrega.
Esa es precisamente la premisa detrás de Tierra Negra, que reúne trabajos de exponentes de países como México, Chile, Francia y Japón, así como el arte de tres maestros que han echado raíces en Oaxaca: Raúl Herrera, Adán Paredes y Shinzaburo Takeda.
Entre los artistas invitados también destacan Adrián Aguirre, Luis Almendra, Marcela Duharte, Christa Klinckwort, entre otros.
Sobre el nombre de la muestra, el artista dice que es un juego inspirado en el barro negro de Oaxaca, pero sobretodo por la tristeza infinita de los que se fueron:
"Tierra Negra es un nombre postapocalíptico, viene de los dos últimos años de terrible devastación que causó la pandemia, todos perdimos a alguien, yo a cinco amigos. Es una forma de homenaje a los que se nos fueron y una celebración en Oaxaca a los que estamos", dice el arquitecto, quien señala que no busca la disrupción, pero advierte que el arte inteligente "siempre genera escozor, pues el arte por sí mismo es un acto político de rebelión".