Los países que conforman esta orgnización firman acuerdo para sumar esfuerzos contra el cambio climático.
Para apoyar las acciones contra el cambio climático, los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acordaron no financiar proyectos de plantas de generación que funcionen con carbón.
Aunque México es integrante de la OCDE no participa en este acuerdo, en el que sí están Australia, Canadá, los Países de la Unión Europea, Japón, Corea, Nueva Zelanda, Noruega, Suiza, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos. En el llamado Acuerdo de Créditos Públicos a la Exportación se estableció que no se otorgarán créditos para nuevas plantas que funcionen con carbón.
Créditos. Tampoco para plantas de carbón que ya operen, a menos que vayan a comprarse equipo de reducción de emisiones contaminantes siempre y cuando no se vaya a extender el tiempo de vida de la planta de generación. Este acuerdo se firma para sumar esfuerzos contra el cambio climático en el contexto de la próxima reunión de la COP26.
Las personas más adineradas contaminan mucho más que las más pobres del planeta, y deberían pagar impuestos específicos para compensarlo, según un estudio del World Inequality Lab (WIL) publicado el miércoles, antes de la cumbre climática COP26.El 1 por ciento más rico del mundo emitió en promedio 110 toneladas de CO2 por persona en 2019, detalla el estudio realizado por el economista Lucas Chancel, codirector del WIL en la Escuela de Economía de París. Ello representa 17 por ciento de las emisiones mundiales de CO2 de ese año. El conjunto de esas emisiones proviene de los hábitos de consumo e inversión de esta categoría de la población, según el WIL.
Población. Además, mientras el 10 por ciento más acaudalado del mundo genera la mitad de las emisiones planetarias, la mitad más pobre de la población apenas es responsable del 12 por ciento del global, una media por persona de 1.6 toneladas de carbono por persona."Hay una fuerte desigualdad en los aportes al problema climático", dijo Chancel, proponiendo tasar con impuestos ecológicos progresivos en función de la riqueza."Los gobiernos necesitan nuevas fuentes de ingresos para invertir en infraestructuras verdes" y una forma de conseguirlas es "a través de impuestos ecológicos progresivos", indica.
"Ello podría ser políticamente más viable que los impuestos sobre el consumo de carbón, que golpean duramente a los grupos de menos ingresos y no ayudan a reducir las emisiones de los más ricos", agregó.
Emisiones. Entre las soluciones propuestas, el informe defiende tomar en cuenta las emisiones individuales en las políticas públicas para focalizar los comportamientos contaminantes. El estudio denuncia que el peso de las políticas climáticas recae en las clases más humildes y defiende poner "más énfasis" en los grupos más ricos que son los más contaminantes.