Hay personas que los ingieren sin prescripción médica, el abuso de esos analgésicos causa severos daños también en el esófago y otros órganos del cuerpo.
Por medio de un comunicado de parte del Sector de Salud se dieron a conocer que el consumo de aspirina y paracetamol a largo plazo dañan de manera considerable el hígado y puede llevarlos a la muerte en algunos casos.
Debido al papel que juega el hígado en la transformación de los medicamentos y otros compuestos químicos, como por ejemplo el alcohol, una cuestión esencial es si un hígado enfermo sería más sensible a la toxicidad por medicamentos. Esta circunstancia se convierte en un problema común con algunas enfermedades como la hepatitis crónica (por virus B y C de la hepatitis) o la cirrosis hepática, dado que su carácter crónico hace posible y frecuente que puedan convivir con otras dolencias de distinta índole susceptibles de requerir medicamentos (contra el dolor, o para combatir la fiebre, por ejemplo), y deriva en una preocupación constante acerca del posible incremento del riesgo de toxicidad hepática secundaria al consumo de medicamentos explicó la médico general Blanca Margarita Guerra. "Cada nuevo medicamento prescrito será bien tolerado por el hígado o podrá agravar, en cambio, la lesión hepática. en muy contadas excepciones, el paciente con enfermedad crónica no tiene un riesgo mayor que un paciente con el hígado sano de sufrir toxicidad hepática cuando toma medicamentos", explicó detalladamente la médico general de la colonia Del Río.
El paracetamol
Es un medicamento del que se tiene una amplia experiencia de uso, siendo utilizado con frecuencia tanto en pacientes hospitalizados como ambulatorios. Como hemos comentado al principio, si se consume a las dosis recomendadas es un medicamento muy seguro, pero si se consume a dosis elevadas, puede ser dañino para el hígado. A pesar de ello, y muy al contrario de lo que podría pensarse, la aspirina es el analgésico-antitérmico más seguro para los pacientes con enfermedad hepática siempre que se tome a las dosis adecuadas. Esto es así porque mientras se conserva la capacidad funcional del hígado (como ocurre en la mayoría de los pacientes con hepatitis crónica) el metabolismo de la aspirina permanece inalterado. Pero incluso en la cirrosis, las vías de metabolismo del aspirina no se alteran hasta que la enfermedad se encuentre en fase muy avanzada. No obstante, en estos casos la prudencia recomienda reducir la dosis diaria máxima segura, que es 4 gramos.