El rechazo de Kenia al veredicto deja ahora en el aire su aplicación.
Mogadiscio,- El presidente de Somalia, Mohamed Abdullahi Mohamed Farmaajo, pidió hoy a la vecina Kenia que acepte el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en la disputa por su frontera marítima, favorable a aquel país del Cuerno de África.
"Declaramos que aceptamos y respetamos la decisión de la CIJ. Esperamos que nuestro vecino Kenia respete la supremacía del derecho y los tratados internacionales y acepte el fallo de la corte", afirmó Farmaajo en un mensaje dirigido a la nación.
El presidente acusó a Kenia de "usar todos los medios" para frenar el caso y de interferir en los asuntos internos de Somalia.
"La decisión de la corte es una oportunidad para fortalecer las relaciones entre nuestros dos países y pueblos", señaló Farmaajo en un tono más conciliador, al abogar por la "coexistencia pacífica y la cooperación de vecinos" entre ambos países.
Sin embargo, el Gobierno keniano adelantó el pasado viernes que no reconocerá la sentencia por considerarla la "culminación de un proceso judicial defectuoso frente al que Kenia ha tenido reservas y del que se ha retirado, no solo por su sesgo obvio y evidente sino también porque no es adecuado para resolver la disputa en cuestión".
La CIJ decidió hoy, por unanimidad, dar la razón a Somalia y establecer la frontera marítima como "una intersección de una línea recta" que sigue la línea fronteriza terrestre, según afirmó su jueza presidenta, Joan Donoghue, en la lectura pública del fallo.
Los jueces fijaron también las coordenadas de la frontera entre ambos países en una plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas.
El fallo otorga a Somalia una zona marítima de miles de kilómetros cuadrados ricos en recursos pesqueros que actualmente controla y patrulla Kenia, así como los derechos de los hidrocarburos en el subsuelo marino.
Nairobi reclamaba que el límite marítimo se trazase siguiendo una línea paralela al ecuador, tal y como era la frontera anglo-italiana delineada durante el periodo colonial, un razonamiento que fue rechazado en la sentencia de este martes.
Los jueces desestimaron el argumento de Kenia de que Somalia nunca se había quejado antes de 2014 sobre la frontera marítima, lo que significaría, según Nairobi, que el país vecino aceptaba por omisión la línea fronteriza siguiendo la línea paralela al ecuador.
El juicio sobre la frontera se remonta a 2014, cuando, después de varios años de negociaciones infructuosas, Somalia pidió a la CIJ que se declarase competente para juzgar el caso, una solicitud aprobada en febrero de 2017 tras rechazar las objeciones preliminares presentadas por Kenia.
Los alegatos orales en el alto tribunal de la ONU comenzaron en marzo de 2021, después de que la corte concediera a Kenia tres solicitudes en los últimos años para posponerlo y se negara a un cuarto aplazamiento.
Kenia optó por retirarse del proceso, ausentándose de las vistas orales, algo que Somalia tildó de intento de "boicot", pero eso no impidió que el juicio siguiera adelante porque ambos países habían presentado ya sus alegatos escritos, recordó hoy la jueza Donoghue.
El rechazo de Kenia al veredicto deja ahora en el aire su aplicación.
Las decisiones de la CIJ son, en teoría, vinculantes para los Estados y no pueden ser apeladas, aunque las partes sí pueden pedir una interpretación para aclarar su significado o una revisión si surgen nuevos hechos desconocidos y relevantes para el caso.
Sin embargo, algunos expertos señalan que la falta de herramientas efectivas de la corte para forzar el cumplimiento de sus decisiones facilita que no las apliquen los Estados.