El coronel se formó en la Escuela de Guerra de Francia, país en el que se le otorgó el certificado de estudios superiores militares.
Dakar,- El jefe de las Fuerzas Especiales del Ejército de Guinea-Conakri desde 2018, el coronel Mamady Doumbouya, es desde este domingo el nuevo hombre fuerte de ese país de África occidental después de liderar un golpe de Estado que ha derrocado al presidente Alpha Condé, quien llevaba en el poder desde 2010.
Nacido el 4 de marzo de 1980 en la región de Kankan, en el este de Guinea-Conakri, Doumbouya cuenta con más de quince años de experiencia en operaciones militares en Afganistán, Costa de Marfil, Yibuti y República Centroafricana, así como en labores de escolta en Israel, Chipre, el Reino Unido y su propio país.
El coronel se formó en la Escuela de Guerra de Francia, país en el que se le otorgó el certificado de estudios superiores militares.
En Francia fue, asimismo, miembro de la Legión Extranjera del Ejército galo y allí obtuvo un máster en defensa y dinámica industrial por la Universidad Panthéon-Assas Paris II.
También completó la formación de especialista en protección operativa en la Academia Internacional de Seguridad en Israel, el curso de formación de comandantes de unidad en la Escuela de Aplicación de Infantería en Senegal y el de oficial de personal de formación en Gabón.
Casado con una francesa y padre de tres hijos, según los servicios de comunicación del Ejército guineano, este militar, que declaró haber tomado el poder este domingo sin derramamiento de sangre, regresó a su país en 2012.
Sin embargo, su figura no fue conocida por el gran público guineano hasta octubre de 2018, cuando participó en el desfile militar del sexagésimo aniversario de la independencia de Guinea-Conakri, obtenida en 1958 de Francia.
Según recoge el portal local Guinée Live, Doumbouya formó parte del origen de la creación del Grupo de Fuerzas Especiales del Ejército (GFS, por sus siglas en francés) que ha dado el golpe de Estado, una unidad de élite compuesta por oficiales y suboficiales, con buena formación y equipamiento y creada oficialmente tras su aprobación por decreto firmado por Condé en abril de 2019.
El objetivo de esta unidad eran las operaciones militares selectivas, destinadas a lograr objetivos estratégicos con discreción y llevadas a cabo bajo un alto grado de confidencialidad y un estrecho control político-militar.
Doumbouya se caracteriza por su adaptación e improvisación ante cualquier situación que requiera autocontrol debido a su formación en gestión, mando y estrategia; y sabe hacer una valoración del riesgo y una toma rápida de decisiones, manteniendo la calma ante entornos hostiles y presiones extremas, según medios locales.
Unas cualidades que Doumbouya utilizó este 5 de septiembre para tomar el control de Conakri y destronar a Condé, quien llegó al poder en 2010 tras casi dos décadas de lucha por el sillón presidencial y el establecimiento de la democracia en su país.
Como líder del Comité Nacional de la Agrupación y el Desarrollo (CNRD, por sus siglas en francés) que llevó a cabo la insurrección militar, el coronel declaró este domingo en un comunicado que este levantamiento "no es un golpe de Estado".
Según él, es una "acción inaugural para crear las condiciones para un Estado. Más precisamente, un Estado de derecho" en un país con una historia política "marcada por la violencia, las injusticias y las desigualdades".
Y es que, a pesar de su importante potencial minero, hidráulico y agrícola, y las promesas de Condé de mejorar el nivel de vida de los guineanos, Guinea-Conakri sigue siendo uno de los más pobres del mundo.
Condenada por la Unión Africana (UA), la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), Naciones Unidas, Francia (exmetrópoli) o España, la asonada de Doumbouya "solo refleja" para él "la aspiración legítima de las personas de querer vivir en un entorno donde se puedan satisfacer las necesidades humanas básicas".
El coronel denuncia que una minoría confisca el poder de Guinea-Conakri y sus ventajas económicas desde 1958, y pide a los socios externos de su país "su apoyo moral" y "comprensión" antes de imponer sanciones por este alzamiento que ha hecho que su nombre se conozca ahora en todo el mundo.
"Antes de blandir la idea de restaurar el Estado, pregúntense de antemano si alguna vez hubo un Estado en Guinea -sostiene el líder militar-. Antes de blandir sanciones, busquen saber si la sanción no ha sido siempre el lote infernal de los guineanos, desde Sékou Touré (el primer presidente) hasta Alpha Condé".