Un nuevo estudio desentrañó los factores de riesgo del COVID-19 entre los adultos jóvenes de entre 18 a 29 años.
CIUDAD DE MÉXICO,- De acuerdo con estudiosos del Instituto de Investigación Metodista de Houston, las comorbilidades más comunes, entre este grupo de edad, son el asma, los trastornos de salud mental, la hipertensión y la diabetes.
Los científicos se interesaron en estudiar a la población joven luego que comenzaran a representar el mayor número de hospitalizaciones por coronavirus.
Fue así que, Edward A. Graviss, especialista en medicina genómica, junto con su equipo de investigación estudió a mil 853 personas que dieron positivo a la enfermedad entre el 1 de marzo al 7 de diciembre del año pasado.
Los resultados, publicados en "EurekaAlert!", señalan que si bien la mayoría de pacientes reflejaban un cuadro de salud estable, el 68% de ellos padecía sobrepeso u obesidad.
Además, los científicos metodistas observaron que el COVID-19 se agravó, severamente, mientras la edad del paciente era más avanzada. De la misma manera que ocurrió entre las personas con antecedentes de asma, insuficiencia cardíaca, indicios de enfermedad cerebrovascular y diabetes.
Pese a este panorama, el estudio indicó que, durante este intervalo, fueron muy pocos los voluntarios que requirieron asistencia respiratoria: únicamente el 11% recibieron oxígeno suplementario y el 3% ingresaron a la unidad de cuidados intensivos (UCI).
En cambio, el 96% de los pacientes fueron dados de alta desde su hospitalización inicial, y sólo el 15% de ellos regresó al hospital dentro de los próximos 30 días. De los ingresos hospitalarios, cuatro pacientes (1% de los estudiados) murieron durante su estancia en urgencias.
El trabajo también indica que el 17% de los pacientes fueron diagnosticados con neumonía.
En el 8% de afectados se detectó un panorama crítico adicional, desencadenado por el coronavirus, como sepsis, infarto de miocardio, evento cerebrovascular, paro cardíaco, embolia pulmonar o trombosis.
Los autores aseguraron que estos hallazgos demuestran un riesgo significativo de enfermedad grave entre los adultos jóvenes, por lo que enfatizaron que es necesaria una mayor concientización y prevención del COVID-19 en este grupo etario.