Desde el anuncio del Banco Central la semana pasada, el Gobierno no ha fijado nuevos precios oficiales para los diferentes tipos de combustible.
Beirut,- El Parlamento libanés concluyó hoy una sesión sobre la acuciante crisis energética sin tomar ninguna decisión respecto al levantamiento de los subsidios a los combustibles, que fue anunciado la semana pasada por el Banco Central desatando el pánico y una gran escasez de carburantes en el país árabe.
"La solución radica en la formación de un nuevo Gobierno lo antes posible, así como en la emisión de cartillas 'de racionamiento' y la liberalización del mercado", dijo al final de la sesión el presidente de la Cámara, Nabih Berri.
Una fuente cercana al Legislativo explicó a Efe que Berri hizo referencia al problema del monopolio por parte de los comerciantes en momentos en que escasean diversos productos básicos y sus precios se han disparado.
Según la fuente, durante la sesión no se tomó ninguna decisión vinculante y sería necesario que la Cámara apruebe una ley para el levantamiento de los subsidios.
Agregó que lo más probable es que esto no ocurra hasta que se forme un nuevo Ejecutivo, algo que en el último año han tratado de hacer sin éxito tres primeros ministros designados diferentes.
El gobernador del Banco Central, Riad Salame, anunció el pasado 11 de agosto que la entidad no podrá seguir apoyando la importación de combustible proporcionando dólares a los importadores a un tipo de cambio de 3,900 libras libanesas por un dólar, frente a las 20.000 libras que la moneda ha alcanzado en las últimas semanas en el mercado negro.
El anuncio de Salame topó con la oposición de la autoridades, ante lo que el jefe del Banco Central insistió en que la única forma de mantener los subsidios sería que el Legislativo diese luz verde a la utilización de las "reservas obligatorias", que la entidad debe mantener como base mínima para, entre otras cosas, reducir el riesgo de insolvencia de los bancos.
Desde el anuncio del Banco Central la semana pasada, el Gobierno no ha fijado nuevos precios oficiales para los diferentes tipos de combustible, lo que ha contribuido a la confusión y a la grave escasez de este bien necesario para alimentar los generadores eléctricos privados en momentos en que el suministro eléctrico estatal es casi inexistente.
En tan solo tres días, las fuerzas de seguridad se incautaron recientemente de casi 4.4 millones de litros de gasolina y 2.2 de diésel en redadas en gasolineras y almacenes sospechosos de no estar vendiendo sus existencias al público a la espera de hacerlo cuando entren en vigor los nuevos precios.