La diplomática fue nombrada en el cargo a partir del 1 de mayo pasado, pero no había asumido las funciones.
San José,- El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, reiteró este miércoles su posición de que en la vecina Nicaragua hay "una violación clarísima a los derechos humanos" e insistió en la urgencia de un proceso electoral democrático y de que sean liberados los presos políticos.
"Nuestra relación con Nicaragua es cada vez más de Estado a Estado y no de Gobierno a Gobierno, porque en Nicaragua hay una clarísima violación a los derechos humanos, hay detenciones de los opositores y hay persecución política. Costa Rica no puede estar de acuerdo con eso", declaró Alvarado preguntado por periodistas tras un evento oficial.
El gobernante costarricense afirmó que su país seguirá abogando "por un proceso democrático, con observación y transparente", así como por "la liberación de los presos políticos" y "la libertad de prensa".
En junio pasado el Gobierno de Costa Rica interrumpió el nombramiento de Xinia Vargas como embajadora en Nicaragua debido a la situación política en ese país. La diplomática fue nombrada en el cargo a partir del 1 de mayo pasado, pero no había asumido las funciones.
Las declaraciones de Alvarado de este miércoles se producen un día después de que el Gobierno de Daniel Ortega llamara a consultas a los embajadores en Costa Rica, Argentina, Colombia y México como medida recíproca.
En el actual proceso electoral rumbo a los comicios de noviembre próximo, las autoridades nicaragüenses han arrestado a más de una treintena de dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales que están siendo investigados por supuesta "traición a la patria".
El Consejo Supremo Electoral, controlado por partidarios de Ortega, también ha cancelado la personalidad jurídica a tres partidos políticos, incluyendo a la principal alianza opositora, y el Parlamento, donde el oficialismo tiene mayoría absoluta, reformó la Ley Electoral, la cual estableció un mayor control en la estructura electoral a favor de los sandinistas.
Ortega, un exguerrillero próximo a cumplir 76 años y que retornó al poder en 2007 tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1984 y presidir por primera vez el país entre 1985 y 1990, busca su quinto mandato de cinco años, cuarto de forma consecutiva y segundo junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.