Con 45 años de experiencia en el ramo de la ferretería, es un hombre que no le teme a los retos y que sabe enfrentar los tiempos difíciles
Un ejemplo de disciplina, constancia y perseverancia es Ovidio Castilla Pérez. A sus 79 años, es un hombre que no le teme a los retos y que sabe enfrentar con fortaleza los tiempos difíciles. Se dedicó al comercio desde muy joven, oficio heredado de su padre, enfocándose al sector de la ferretería desde hace más de cuatro décadas. Gracias a su trabajo se ha convertido en un ícono en Monclova.
Don Ovidio es originario de Progreso, Coahuila, pero fue criado en Monclova desde muy chico. El 19 de diciembre de 1975 decidió emprender el que hoy es uno de los negocios más consolidados en la ciudad. En la inauguración de su negocio, en aquel entonces, estuvo presente El Tiempo de Monclova. A 45 años de aquel acontecimiento, ve con gran satisfacción que sus logros son recompensa del esfuerzo diario de madrugar para ser el primero en llegar a su propia empresa.
Ferretero de corazón
Su padre Julio Castilla le inculcó el amor por el comercio. El local donde hoy se ubica su ferretera fue por muchos años el hogar donde vivió. Don Ovidio contó que anteriormente trabajó en Almacenes Monclova. Desde entonces le tomó gran aprecio a esta labor, misma que ha desarrollado a lo largo del tiempo con responsabilidad, compromiso y sacrificio.
“Todos los días me levanto a las 6:30 de la mañana. Saco las carretillas y todos los artículos que se ponen afuera en exhibición. Ni un solo día, desde que empecé, he faltado; ni siquiera cuando estuvo fuerte la pandemia”, aseguró.
Reconocimiento
Al convertirse en un ícono del comercio en la ciudad, una marca internacional de gran prestigio lo buscó para que empezara a vender y distribuir sus productos. “Hace 18 años me escogieron como distribuidor mayorista y ahora surtimos a ferreteras de la Región Carbonífera, Cinco Manantiales y hasta Piedras Negras”, detalló con orgullo.
Destacó que la ferretera que administra con su familia es la única en el ramo del autoservicio en Monclova: “Aquí vienen clientes de todo tipo, desde un ama de casa hasta industriales, porque somos proveedores de constructoras. Con el autoservicio el cliente lleva lo que necesita al momento y para después”.
Crisis
En 1994 vivió una época complicada. Con la crisis económica en el país, la de su negocio también se vio afectada. Sin embargo, no se rindió y siguió adelante. En el 2000 se presentó una situación similar, y, lamentablemente, esta vez tuvo que dar de baja su empresa. Pero ahí no acabó la historia, y el siguiente año abrió de nuevo con más fuerza.
Admiración
Hoy, con el apoyo de sus hijos Sandra, Rosario y Ovidio, se mantiene de pie a pesar de las dificultades. Sus descendientes lo admiran por ser un hombre que nunca se da por vencido, por lo que lo describen de la siguiente forma: “Mi padre es admiración, fe y fortaleza”, señala Rosario. “Mi padre es perseverancia, tenacidad y ejemplo a seguir”, dice Sandra. Mientras que Ovidio menciona: “Mi padre es dedicación, constancia y disciplina”.
Hombre de fe
“A mis 79 años continúo activo y seguiré adelante. Mientras Dios me lo permita, voy a seguir siendo ferretero. Soy un hombre de mucha fe que ha logrado superar pruebas difíciles”, afirmó.
Como ícono del comercio afirmó que valores como la constancia y la perseverancia ayudan a lograr los objetivos que el ser humano se propone en la vida. “Creo que soy un ejemplo de eso”.