Monclovenses buscan a sus desaparecidos

Fueron atendidas en el módulo del Centro Regional de Identificación Humana

El Centro Regional de Identificación Humana (CRIH) atendió a los ciudadanos que buscan a sus familiares desaparecidos. Para ello, instaló en Monclova un módulo donde recabó muestras sanguíneas que servirán para su localización mediante restos óseos.

El personal del CRIH entrevistó ayer a cinco familias monclovenses que viven en la incertidumbre por no saber desde hace años de sus seres queridos. De esta manera se obtiene una base de datos para apoyar en su identificación.

Protocolo
Luis Rodrigo Avendaño Peña, del área de documentación del CRIH, manifestó que existe coordinación con la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas para brindar el apoyo necesario a quienes tienen un familiar desparecido. 
Explicó: “Para la atención se sigue un protocolo, el abordamiento a las familias. Se les hace una entrevista de vida, se aplica un cuestionario que tiene por objetivo individualizar a cada persona desparecida e identificarla. Posteriormente se toma una muestra sanguínea”.
Mencionó que con la información que se extraen de la genética se arma una base de datos para localización de restos óseos. Para ello se cuenta con equipos de antropología. Sobre el tiempo que lleva localizarlos, no hay un rango determinado para entregar los resultados a las familias.

Esperanza
Nancy Marroquín González busca desde hace casi dos años a su hermano Alex Isaac Marroquín, de 25 años. El joven despareció en la ciudad de Monterrey, a donde viajó el 7 de diciembre de 2019. Ayer acudió al módulo del CRIH para solicitar apoyo.
Con la esperanza de poder encontrarlo pronto, recordó que aquel día Alex –un joven pelirrojo, esbelto y con una estatura de 1.70 metros– les comentó en casa que le habían ofrecido un trabajo fuera de la ciudad.
“No perdemos la esperanza de reencontrarnos con él. Ojalá pronto regrese, yo lo extraño mucho. Siempre bromeábamos y nos llevábamos muy bien. Desde ese día no hemos vuelto a saber nada, ni una sola pista. Sólo se comunicó con nosotros una vez y sabemos que sí llegó a Monterrey”, relató.

Una década
Alfredo desapareció el 8 de abril de 2011. Trabajaba en la sucursal de Waldo’s Pape, de donde se lo llevaron en una camioneta, según compañeros que fueron testigos del hecho. La esposa de Alfredo, quien prefirió mantenerse en el anonimato, relató que siempre que salía del trabajo le marcaba por teléfono para avisarle. Ese día fue diferente: su celular nunca sonó y se empezó a preocupar.
“Eran las 4 de la tarde y no me llamaba. Salía a las 3. Cuando fuimos a buscarlo todavía estaba el carro en su lugar de trabajo. Ya no volvimos a saber nada. Ya son 10 años, ha pasado mucho tiempo, pero ojalá lo encontraran”, compartió.
Comentó que Fredy, como le decían de cariño sus seres queridos, era un hombre muy sociable. Muy seguido convivía con amigos y era muy querido por todos. Como pareja llevaban una buena relación y procrearon un hijo que hoy tiene 11 años.
“Me llevó más de dos años para tratar de asimilar su desaparición. Hay versiones de que se lo llevaron porque se equivocaron de persona. Otros dicen que de seguro andaba mal o que se lo llevaron para que trabajara, pero en realidad nadie sabe que ocurrió ese día”, aseguró.

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