CIUDAD DE MÉXICO, 3 ago.
El doloroso viaje que emprende una madre en busca de su hijo desaparecido es retratado por el lente de la cineasta mexicana Fernanda Valadez en el filme "Sin señas particulares".
"Ha llegado el momento de ver la otra cara de la moneda, en lugar de enaltecer el narcotráfico vemos el otro lado, el daño que hace", asegura su protagonista, la actriz Mercedes Hernández, en entrevista este martes.
En la frontera de México se había vuelto común que camiones de pasajeros arribaran a su destino vacíos pero cargados de maletas sin dueños.
Las denuncias de al menos 400 familiares de desaparecidos y el testimonio de algunos sobrevivientes permitieron que saliera a la luz lo que ahora se conoce como la masacre de San Fernando.
En el 2011 al menos 193 personas fueron encontradas en fosas clandestinas en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, víctimas de secuestro, la desaparición y reclutamiento por parte del cártel conocido como Los Zetas.
Enterarse de este acontecimiento le dio a la directora el primer impulso para crear una ficción en la que se pudiera retratar la violencia que sumerge a México.
Tres años después del suceso realizó el cortometraje "400 maletas" (2014), un antecedente de la misma historia que en el 2020 presentó como "Sin señas particulares", en el que ahonda en la historia de Magdalena, una madre que no encuentra a su hijo Jesús y que desde el estado de Guanajuato viaja hasta la frontera en su búsqueda.
Jesús quería emigrar a Estados Unidos acompañado de su amigo Rigo en busca de una vida mejor y a cambio, ambos se toparon con el narcotráfico.
El último murió y su madre tiene prueba de ello, pero Magdalena no, y la posibilidad de encontrar a su hijo vivo la mueve a recorrer las zonas de terror de un estado inhóspito y marcado por la violencia.
"Queríamos que la película fuera muy verosímil que se sintiera muy real (...) eso nos llevó a pensar que la fotografía y la manera en la que viéramos alrededor era importante para hablar de las emociones", cuenta la directora.
La fotografía corrió a cargo de Claudia Becerril y contrasta la belleza de los paisajes fronterizos con la desgarradora historia de una madre sin respuestas, los entreteje con el dolor y el miedo dejando en la ambigüedad una violencia invisible pero tangible.
El personaje interpretado por Mercedes Hernández encarna muchas debilidades de la sociedad mexicana, es una madre soltera que vive en la pobreza, no sabe leer y la violencia y la inseguridad le arrebataron a su hijo y la posibilidad de empezar de nuevo.
"Es verdad que es pequeña (Magdalena), no tiene recursos, nunca ha viajado pero tiene el corazón hinchado de amor y de rabia, de deseos de encontrar a su hijo", asegura Hernández.
A Mercedes la inspiró el poder darle voz a una de las miles "Magdalenas" existentes en el país. "Da una ilusión enorme de hacer un personaje verosímil y complejo", apunta.
TRABAJO EN EQUIPO
El equipo de producción de "Sin señas particulares" en su mayoría es femenino, característica que celebra la directora quien ha trabajado en varias ocasiones con la guionista, directora y productora, Astrid Rondero.
"Astrid y yo hemos colaborado desde que éramos estudiantes y fue muy natural empezar a sumar socias con quien colaborar por afinidad creativa", asegura Fernanda.
Valadez considera que cada vez hay más cineastas dedicadas a las áreas técnicas como la fotografía y la edición, que enriquecen proyectos como el suyo.
"Muchas veces las cineastas han pasado tantos filtros que aquellas que los resisten vienen mucho más maduras, con mucho talento y muchísimo carácter" menciona.
Luego de haber recibido más de 21 premios en festivales internacionales, "Sin señas particulares" llega a salas nacionales el próximo 5 de agosto y Astrid y Fernanda, quienes aseguran haber formado una "pareja especial", se preparan para su siguiente trabajo en conjunto.
"Se trata de las infancias en estos tiempo de narcotráfico. De un huérfano del narco y del destino de las herencias que van a tener estas nuevas generaciones. Esto se separa de lo que hemos hecho hasta ahora porque tiene un final más esperanzador", asegura Astrid.