"Di el 110 por ciento", aseguró la brasileña Rebeca Andrade, subcampeona olímpica de gimnasia y primera mujer de su país medallista en este deporte.
"¡Estoy tan feliz! Soñaba con este momento y me he entrenado y he trabajado superduro para llegar a ello", añadió nada más acabara la competición en los Juegos de Tokio.
"No tengo palabras para describir lo que siento, ni lo que significa tener una medalla olímpica de plata colgada del cuello", aseguró Andrade, de 22 años y que tuvo que pasar tres veces por el quirófano por roturas de ligamento en la rodilla izquierda.
La gimnasta de Guarulhos dijo en el estadio Ariake que dio "todo" lo que tenía en la final, en la que fue en cabeza en las dos primeras de las cuatro rotaciones.
"Puse mucho esfuerzo en esto", insistió, "trabajé mucho con mi entrenador y mi psicólogo. Ha sido un camino difícil con muchos baches. Pero logré mantenerme centrada en mi objetivo".
Andrade terminó a final olímpica solo por detrás de la estadounidense Sunisa Lee.