Karachi es la capital financiera de Pakistán, en la que se están llevando a cabo varios proyectos financiados por China.
En un comunicado conjunto emitido el pasado 24 de julio, Islamabad y Pekín expresaron su firme determinación de encontrar a los culpables del ataque y darles un castigo ejemplar. El ataque "sucedió a las 8:05 de la mañana (3.05 GMT). Todavía no sabemos el motivo, pero los ciudadanos chinos están a salvo y la persona herida está fuera de peligro", indicó Zawar.
El CPEC, puesto en marcha en 2015, financia la construcción de una ruta comercial que conectará la ciudad de Kasghar, en la provincia noroccidental china de Xinjiang, con el puerto paquistaní de Gwadar (suroeste) en Baluchistán, proporcionando al gigante chino una puerta al mar Arábigo.
Las autoridades desconocen el motivo del ataque, y aseguraron que las investigaciones están en curso. Este ataque tiene lugar dos semanas después de que un autobús que transportaba paquistaníes y chinos fuera atacado con explosivos y cayera por un precipicio en el área de Dasu, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, dejando 13 muertos.
Por ello, China y sus intereses son objetivo de grupos terroristas y separatistas en el país asiático.
Ambos trabajadores chinos iban a trabajar a una fábrica de tejidos en la zona industrial de la ciudad de Karachi.