Advierten de graves riesgos por tatuarse

INFONOR/EL TIEMPO

A sus 14 años, Miguel Castillo, se hizo su primer tatuaje en la muñeca, se pintó su nombre y apellido, se lo "rayaron" con una cuerda de guitarra a la que le sacaron punta con una lima, una máquina hechiza y tinta pelikano y le costó 50 pesos.

No quedó como arte pero aún permanece en su brazo; hoy a los 17 años, se ha puesto dos tatuajes más, el nombre de su "jefa" y un As, el más reciente hace cinco meses, pero ya lo ha hecho en un lugar establecido donde hay la higiene adecuada porque tiene miedo al contagio de una enfermedad, y le cobraron 300 pesos.

Muchos jóvenes entre menores de edad y mayores están tatuados igualmente con máquinas hechizas, sin higiene, en domicilios no cumplen con las medidas de la Secretaría de Salud.

Santiago Plata, mayor de edad, comentó que la primera vez que se tatuó fue a los 17 años, le gustó y continuó haciéndolo en su brazo, pecho, hombro y espalda y siempre es con amigos que tienen "maquinitas y saben rayar".

Junto con Plata y el menor de edad entrevistados, había otros jóvenes habitantes de la colonia Mezquital del Valle, quienes también portaban tatuajes y todos se los han hecho de la misma manera con quienes "le hacen a eso" o en un negocio que les cobra barato.

Coinciden en que por los tatuajes son discriminados pues no encuentran trabajo, tampoco tienen estudios, así que se dedican a la obra de construcción, como el menor de edad, Castillo, quien es ayudante de obra y ya tiene una hija de un año.

Andrés Flores Ramírez, coordinador de Regulación Sanitaria de la Cuarta Jurisdicción, informó que los negocios de pigmentación o tatuadores deben contar con una licencia de salud que cuesta 4 mil 592 pesos con vigencia de dos años, es permiso estatal y su expedición avala que cumplieron con todos los requisitos para operar.

Destacó que la misión de la jurisdicción sanitaria es precisamente velar por la salud de la comunidad y detectar la operación de negocios clandestinos de micropigmentación, tatuajes o pigmentaciones que representan riesgo para la salud de las personas.

"Ya iniciamos el año pasado con fomento, es indicarle a estos establecimientos que deben estar en regla, no todos vinieron, pero hay que acordarnos de una cosa, el desconocimiento de la ley no te exime de responsabilidades, si llegamos a un establecimiento y no tienen los requisitos, se suspende el trabajo así de inmediato", indicó.

Explicó que un tatuaje puede ocasionar ciertas alteraciones en la piel o más grave aún un shock anafiláctico (reacción alérgica generalizada que en algunos casos puede ser mortal) ocasionado por las tintas que se usan para los tatuajes, por lo que deben ser  orgánicas y especiales.

Indicó que tales negocios o gente dedicada a la pigmentación, deben contar con material desechable, usar jeringas, cubre guantes y tintas orgánicas para evitar reacción, así como firmar un Consentimiento Informado, que es la autorización por escrito de la persona que se va a tatuar donde se explica los riesgos que puede presentar el paciente, explicó el coordinador en base a la ley sanitaria.

Agregó que deben tener una lista de control de sus clientes,  domicilios, edad, copia de la identificación y, cuando son menores de edad,  tener la autorización del responsable directo, los papás, si no, cometen un delito, al tatuar a un menor.

"No dudo que haya muchos (negocios), pero todos los establecimientos deben tener esto, cualquier situación de perforación, tatuajes, debe tener su licencia", aseveró.

Reconoció que tienen pocos inspectores para llevar a cabo revisiones y son entre 60 a 70  establecimientos de todo tipo, aparte de los tatuadores y clínicas de belleza, que están a cargo de la jurisdicción.

En el caso de los negocios de tatuajes, que incluye a las clínicas de belleza que delinean cejas, boca y párpados, si no cuenta con todos los requisitos, suspenden el trabajo y la sanción es de hasta 10 mil salarios mínimos.

Juan Efraín Martínez Ávila, propietario del negocio Real Ink, con 20 años de experiencia, manifestó que cuando acuden menores para tatuarse sólo los atienden si acuden con una persona mayor familiar directo como su padre o hermano, muchas veces son los mismos padres de familia quienes los llevan pues se tatúa toda la familia.

"Empecé a los 15 años a tatuarme yo solo, a escondidas de mis papás, ya tengo 35 años, empecé por gusto entre amigos con maquinitas caseras, con motor de estéreo, una cuchara, un tubito de pluma, una aguja chaquirera o cuerda de guitarra, usábamos tinta china o pelíkano, luego a los 19 ya me dediqué a nivel profesional, fui buscando,  estudiando libros, asistiendo a exposiciones, medidas de higiene, material para usar y qué no, para evitar contaminación e infecciones y material desechable", externó.

Martínez Ávila tiene 65 tatuajes, es su gusto y por ello se preparó y cumple con todos los requisitos, incluso, asegura que, como profesionales, realizan su trabajo en menos tiempo, por ello, con menos dolor, lo que otros hacen en cinco horas, lo hacen en media hora o dos horas.

"Piden de todo para los tatuajes, ha habido quien se ha tatuado un taco, pues no hay límites sólo la imaginación, puede ser en cualquier parte del cuerpo, pero duele más en donde hay hueso, y aparte, ya no se quita, puede intentarse y con riesgo", destacó.

El método más preciso es quitarlo con láser, pero debe ser alguien que sepa darle los grados pues puede quemar la piel, existen otros procedimientos con ácido y algunos lo hacen quemándolo con plancha o cautín.

Estimó que a su negocio acuden tres personas al día, en temporada baja, que es de julio a octubre, luego sube a siete u ocho diarios, de noviembre a julio, por cuestión económica de los gastos de la gente, pues el mínimo costo de un tatuaje es de 300 pesos.

"Hay mucho tatuador clandestino que cobra barato y hace un desastre,  y ya cualquiera tatúa, pero nosotros por ejemplo, tenemos curso para salvar una vida de Primeros Auxilios para saber detener una hemorragia y un médico responsivo, quien estará disponible en caso de una emergencia", explicó.

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