Las autoridades de Naipyidó acusaron entonces al diplomático de "traidor" y lo destituyeron, pero él se negó a abandonar su puesto.
Bangkok,- Las autoridades de Birmania (Myanmar) han pedido a Estados Unidos que deporten al embajador birmano ante Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, quien se declaró en rebeldía ante la junta militar tras el golpe de Estado del pasado 1 de febrero.
El Ministerio de Exteriores birmano reiteró en un comunicado que Kyaw Moe Tun ha estado participando en foros de la ONU en Nueva York a pesar de haber sido destituido de su cargo, informó este miércoles el medio oficialista "Global New Light of Myanmar".
El embajador ha sido acusado ante los tribunales birmanos de traición y por su relación con el movimiento de desobediencia civil, incluido el autoproclamado Gobierno de Unidad Nacional, formado por políticos y activistas antijunta y declarado grupo terrorista por la junta militar.
El Ministerio de Exteriores birmanos pidió a la ONU que no reconozca a Kyaw Moe Tun como representante birmano y a Estados Unidos que lo entregue a Birmania para que responda a sus acusaciones ante la justicia.
A finales de febrero, Kyaw Moe Tun afirmó ante la Asamblea General de la ONU que no reconocía a la junta militar y pidió a la comunidad internacional que hiciera todo lo que pudiera para traer de nuevo la democracia a Birmania.
Las autoridades de Naipyidó acusaron entonces al diplomático de "traidor" y lo destituyeron, pero él se negó a abandonar su puesto.
Al menos 911 personas han perdido la vida a raíz de la brutal represión ejercida contra la oposición por las fuerzas de seguridad, que han disparado a matar a manifestantes pacíficos, según los datos de la Asociación para la Asistencia de los Presos Políticos.
Las autoridades también a detenido a más de 6.000 personas, de las que más de 5.000 continúan bajo arresto, incluida la líder de facto depuesta y nobel de la paz, Aung San Suu Kyi.
Tras cinco meses y medio de la sublevación militar, la junta golpista todavía no ha logrado controlar todo el país y continúan las manifestaciones en rechazo en varias poblaciones a la par que se han avivado los enfrentamientos con algunas guerrillas étnicas.
El Ejército birmano justifica el golpe por un presunto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido liderado por la nobel de la paz Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, y que fueron considerados legítimos por los observadores internacionales.