El Congreso Nacional Africano (CNA), partido gobernante desde 1994 y liderado por Ramaphosa, también hizo un llamamiento a la calma.
Johannesburgo,- El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, condenó hoy las protestas violentas acaecidas esta semana contra el arresto y posterior encarcelamiento de su antecesor, Jacob Zuma, por desacato al negarse a testificar por corrupción.
Ramaphosa hizo también un llamamiento a la calma después de que la Policía confirmara hoy que, hasta el momento, ha detenido a 27 personas tras las protestas de los seguidores de Zuma en la provincia oriental de KwaZulu-Natal, donde nació el expresidente.
Asimismo, más de veinte camiones, incluidos varios que transportaban automóviles de lujo y un camión cisterna, fueron incendiados anoche y a primera hora esta mañana en la autopista N3 a su paso por la provincia, según los gestores de esa vía.
Ante esos hechos, Ramaphosa pidió a "las comunidades de KwaZulu-Natal que desistan de socavar el Estado de derecho e infligir daños a la economía", según un comunicado publicado por la Presidencia de Sudáfrica.
El presidente subrayó que "el impacto de la violencia pública contra la industria del transporte de mercancías por carretera y los daños a las autopistas que sirven como arterias económicas también lo sentirán las personas que organizan y cometen estos delitos".
A su juicio, las razones "supuestamente esgrimidas para la violencia en KwaZulu-Natal no pueden usarse para legitimar el vandalismo y la violencia pública".
"La Constitución protege el derecho a protestar, pero no se puede abusar de la protesta para infringir la ley o destruir propiedades y amenazar los medios de vida. Los elementos criminales deben enfrentarse con todo el poder de la ley", zanjó Ramaphosa.
El Congreso Nacional Africano (CNA), partido gobernante desde 1994 y liderado por Ramaphosa, también hizo un llamamiento a la calma.
El pasado miércoles por la noche, Zuma se entregó "in extremis" a la Policía para ingresar en prisión, después de que la semana pasada el Tribunal Constitucional le condenara a quince meses de cárcel por desacato al haberse negado a declarar por corrupción.
Zuma, recluido en la prisión de Estcourt, en KwaZulu-Natal, se ha convertido en el primer expresidente sudafricano de la era democrática en ser encarcelado desde el fin del sistema segregacionista del "apartheid" (1994).
El exmandatario, de 79 años, fue condenado el pasado 29 de junio por el Constitucional por negarse a acatar las órdenes judiciales que le obligaban a testificar en una investigación sobre la extensa corrupción ocurrida presuntamente durante su presidencia (2009-2018).
El polémico exgobernante considera que esa investigación -conocida en Sudáfrica como la "Captura del Estado"- y el juez que la lidera (Raymond Zondo) buscan destruir su legado.
Por eso, Zuma -forzado a dimitir en febrero de 2018 por su propio partido en medio de numerosos escándalos- ignoró las citaciones incluso después de que el Constitucional especificara que eran obligatorias.
Esa actitud activó un proceso por "desacato", en el que el exmandatario también se negó a participar.
Lejos de retractarse, el expresidente emitió varios comunicados asegurando que iría a la cárcel antes que a declarar y cuestionando la imparcialidad de los jueces.
En paralelo a este proceso, Zuma también está en juicio acusado de corrupción y otros cargos por supuestamente recibir sobornos en relación a un acuerdo armamentístico millonario firmado para Sudáfrica con una empresa francesa a finales de los años noventa.
Además, ya en 2016, tuvo que devolver, por orden del Tribunal Constitucional, medio millón de euros de dinero público que se gastó de forma irregular en la reforma de su residencia privada.