La Policía de Nueva Gales del Sur desplegó unos 200 agentes para monitorear las medidas implementadas en las calles del suroeste de Sídney.
Sídney (Australia),- Las autoridades australianas aumentaron este viernes las medidas de restricción social sobre la ya confinada ciudad de Sídney, la segunda más poblada, tras detectarse un nuevo récord de contagios diarios de COVID-19 con la altamente contagiosa variante delta."Hay 44 casos de transmisión comunitaria. Lamentablemente 29 de ellos estuvieron, total o parcialmente en la comunidad, y esta cifra es realmente preocupante para Nueva Gales del Sur en donde queremos tener cero contagios locales", dijo la jefa del gobierno estatal, Gladys Berejiklian, a periodistas en Sídney.
La cifra de hoy supone un nuevo récord diario de transmisión local en Nueva Gales del Sur, que desde que se detectó a mediados de junio que un conductor de una tripulación internacional contrajo la variante delta, acumula alrededor de 450 infecciones, mientras que el número de contactos cercanos se duplicó desde anoche a 14,000.
Para hacer frente "al mayor reto desde el inicio de la pandemia", Berejiklian anunció que desde la tarde de este viernes el número de personas que pueden realizar ejercicios al aire libre se reduce de diez a dos, a excepción de los miembros de un hogar, y en un radio dentro de los diez kilómetros del lugar de residencia.
También se recomendó que una persona de una vivienda realice las compras esenciales y se limitó los funerales a un máximo de diez asistentes en las zonas confinadas de la zona metropolitana de Sídney, y las comunidades aledañas, en donde viven seis de los más de 25 millones de habitantes de Australia.
Unas 28 infecciones reportadas este viernes corresponden a los barrios del suroeste y el oeste de Sídney, que tiene una fuerte presencia de inmigrantes cuya lengua materna no es el inglés y que realizan labores esenciales.
Para vigilar el cumplimiento de las medidas de restricción y el confinamiento, la Policía de Nueva Gales del Sur desplegó unos 200 agentes para patrullar las calles del suroeste de Sídney, ciudad que está confinada desde el 26 de junio al 16 de julio y que afronta una nueva extensión de la cuarentena masiva.
Australia, en donde los brotes de COVID-19 se atribuyen a la filtración del virus desde los centros de cuarentena a la comunidad, acumula más de 30,950 casos, que incluye 910 fallecidos, y ha vacunado a 8.8 millones de personas, aunque menos del 10 por ciento con la pauta completa de Pfizer o AstraZeneca.
El gobierno australiano, que fue elogiado por su gestión económica y sanitaria de la pandemia, afronta fuertes retrasos en el cronograma que estableció para vacunar a toda la población, por los retrasos en las importaciones y en la distribución local, poca diversidad en su portafolio, y los cambios en las directrices por los efectos secundarios.